El camagüeyano que funge como refuerzo de los Gallos en esta segunda etapa de la Serie Nacional ya brilla con luz propia en el béisbol cubano.
Sus rectas de 93 y 94 millas estremecen el estadio. El público lo busca, va a verlo lanzar; todos lo admiran. Acaba de cumplir en el mes de marzo 19 años, es novato, llega desde las tierras camagüeyanas y posee nombre de lanzador estrella.
Esas son las credenciales más visibles del muchachito que, para sorpresa de muchos, Yovani Aragón eligió como refuerzo para la segunda etapa de la Serie Nacional del Béisbol cubano en su versión 52.
Norge Luis, que no se apellida Vera como el otrora estelar santiaguero, ha conquistado el corazón de los espirituanos y el de miles de cubanos que siguen el deporte nacional.
Desde sus inicios en su natal Camagüey en las categorías 9-10 y 11-12 años, se le vieron condiciones para incursionar en la pelota, por lo que ingresa a la Escuela de Iniciacion Deportiva (EIDE) en las categorías 13-14, 15-16 y los juveniles, en las que obtuvo excelentes resultados, como en el del torneo de la zona central en el 11-12 años, en el que lanzó un juego de cero jit-cero carreras.
Mas, para suerte del muchacho, el tiempo y su propia actuación se encargaron de validar tal hazaña. A partir de su último año en la categoría 13-14, en el 2008, y hasta el 2012, cuando jugó en Sancti Spíritus la final del Campeonato Nacional Juvenil, acumuló 22 victorias y siete derrotas, con 13 lechadas. En las 241 entradas que lanzó apenas aceptó 43 carreras limpias para excelente promedio de 1.60, con la respetable cifra de 229 ponches.
En la despedida de los juveniles estampó su rúbrica a lo grande, con un juego perfecto, al retirar de manera sucesiva a los 27 bateadores de Las Tunas que enfrentó.
“Aquello fue tremendo, los resultados habían sido muy buenos pero como quiera que sea ese juego perfecto me dio mucha alegría, eso es un sueño de cualquier lanzador”.
La prolífera trayectoria generó expectativas para la temporada 52. Ser debutante no lo amilanó y a base de un repertorio que incluye rectas de más de más de 90 millas, slider, cambio de velocidad, tenedor, buen control y el arrojo propio de los grandes, sumó la 28 capítulos consecutivos sin permitir carreras limpias.
La primera víctima de esa cadena fue Industriales, quien no pudo marcarle en seis entradas. Luego siguió Guantánamo (nueve), Holguín (ocho) y los Gallos (cinco), que al final salieron ganadores 2-1 e impresionados con la labor de su rival.
“Sin dudas fue un muy buen comienzo en la pelota grande y eso nunca lo voy a olvidar, pero lo importante no es lo que pasó, sino lo que pueda hacer a partir de ahora. Por eso me enfrento a diario a los entrenamientos”.
Tal vez, por esa destacada actuación que lo llevó al término de la primera parte de esta Serie Nacional a obtener tres victorias, tres derrotas y Promedio de Carreras Limpias de 2.35, fue que Aragón, otrora estelar lanzador espirituano, lo acogió como uno de sus refuerzos.
Pero por cosas del destino, Norge Luis tuvo un fatídico debut con su nuevo equipo: tres carreras limpias y tres imparables en apenas un tercio frente a Pinar del Río.
“Estaba muy tenso, quería hacer más de lo que podía, era un equipo distinto; de los mejores que hay en este país, y quería hacerlo todo bien. Pero bueno, no siempre se puede ganar”.
Después de ese inicio incierto, las aguas han tomado su nivel y en este momento archiva triunfos frente a Industriales (3-1), dos contra Ciego de Ávila, en ambos encuentros por lechadas de 5-0 y ante el propio Pinar del Río (3-2), equipo autor de su único descalabro. En toda la temporada, contando las dos etapas clasificatorias, acumula siete victorias, cuatro derrotas y dos lechadas.
Lo más impresionante es, sin dudas, que en este segundo segmento de la serie su efectividad es de 1.76 (la mejor de los abridores espirituanos), el bateo contrario es de solo 214 y con balance de cuatro ganados y un solo perdido resulta, junto a Ismel Jiménez, el más ganador del elenco.
Mas tales proezas no tienen solo su autoría; detrás de estos logros están la mano y el corazón de su familia, que siempre lo acompaña en los estadios.
“Sin ellos no creo que pudiera tener estos resultados, me dan ánimo constantemente y me corrigen cuando no hago las cosas bien. Pero no, no me presiono con su presencia, todo lo contrario, me presiono cuando no los tengo aquí”.
¿Cómo ha sido la acogida entre los Gallos?
Muy buena, los cinco refuerzos nos sentimos muy contentos y con ganas de hacer nuestro trabajo para ayudar a este gran equipo y contribuir a darle ese alegrón a su pueblo. Precisamente a ese pueblo espirituano les pedimos que nos vean como unos Gallos más y a los camagüeyanos, que se sientan felices porque una parte de ellos está aquí dando lo mejor de sí.
Entonces, ¿eres solo un refuerzo para Sancti Spíritus o te quedas junto a los Gallos para próximas contiendas?
No, no, no, yo vine aquí a hacer mi trabajo y ayudar a esta provincia, pero cuando cumpla regreso a mi tierra. Yo siempre digo que aunque el vino de tu pueblo sea agrio, es tu vino, y no puedes abandonar tus raíces, Además, Camagüey fue la tierra que me hizo pelotero y a ese rincón de Cuba le debo mucho.
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