El presidente Nicolás Maduro cargó este martes contra el Gobierno de Estados Unidos tras acusar la víspera a tres diplomáticos de ese país de conspiración junto a factores de extrema derecha para desestabilizar a Venezuela.
Durante una alocución televisiva transmitida en cadena nacional, Maduro afirmó que en su calidad de jefe de Estado no puede permitir que «ningún Gobierno, en este caso el de Estados Unidos, se inmiscuya en asuntos internos» y, más aún, «participe de un plan para desestabilizar a Venezuela».
El gobernante reiteró sus denuncias sobre la presencia de «manos y dólares de la conspiración gringa» y aseguró que «sobran las pruebas» -amén del material gráfico mostrado en televisión- sobre las actividades de Kelly Keiderling, Elizabeth Hoffman y David Moo, a quienes este lunes dio 48 horas para abandonar territorio venezolano.
De acuerdo con Maduro, estos diplomáticos estarían vinculados a la forja de planes de sabotaje contra el sistema eléctrico nacional y contra la economía venezolana a través de las industrias básicas de Guayana (estado de Bolívar).
Maduro hizo notar además que el Gobierno norteamericano se haya «quedado calladito» tras su decisión. «Hasta que el Gobierno de Estados Unidos no entienda que tiene que respetar a Venezuela, que es un país soberano, sencillamente no habrá relaciones cordiales ni habrá comunicación; creemos en relaciones de respeto y estamos preparados (para ellas) en términos de igualdad», sostuvo Maduro.
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