Los diplomáticos cubanos Jesús Cejas Arias y Crescencio Galañena Hernández fueron asesinados en Argentina durante la última dictadura militar.
Una multitud acompañó hoy el cortejo fúnebre de Jesús Cejas, integrante del servicio diplomático cubano asesinado en Argentina en 1976, cuyos restos fueron sepultados en el panteón de los mártires de esta ciudad.
Cautivo en el centro clandestino de detención Automotores Orletti, sede del plan Cóndor, fue sometido a torturas en ese lugar junto a su compatriota Crescencio Galañena, cuyo cadáver se halló el pasado año en la localidad de San Fernando, a unos 28 kilómetros de Buenos Aires.
Sus cuerpos aparecieron dentro de barriles de 200 litros de capacidad, mezclados con cemento y cal, un método de ocultamiento frecuentemente empleado por los represores.
Tras nueve años de indagaciones, iniciadas en 2004, un equipo de antropología forense rescató los restos de Cejas a unos 70 metros del sitio donde aparecieron los de Crescencio varios meses atrás.
Ese lugar está también próximo al paraje donde encontraron otros ocho tambores con víctimas de la última dictadura argentina (1976-1983), como resultado de averiguaciones anteriores.
Se trata de un espacio de seis hectáreas en las cuales prosiguen las búsquedas con equipamiento y tecnología avanzados, explicó a Prensa Latina José Luis Méndez, abogado e investigador, quien participó en el descubrimiento.
Cejas y Galañena fueron secuestrados el 9 de agosto de 1976 en los alrededores de la sede diplomática de Cuba en Argentina y transcurrieron más de tres décadas hasta el traslado de sus restos a la isla.
Estamos viviendo un momento doloroso, pero por el camino hacia la justicia logramos recuperar los cadáveres y entregarlos a sus familiares, expresó la embajadora del país suramericano en La Habana, Juliana Isabel Marino, momentos antes del sepelio.
En la ceremonia de despedida, el antiterrorista cubano René González llamó a continuar la lucha contra flagelos como las torturas, desapariciones y crímenes en sus diversas formas, en nombre propio y de sus cuatro coterráneos prisioneros en cárceles estadounidenses por alertar a la isla de planes violentos fraguados en su contra desde Miami.
La Operación o Plan Cóndor, maniobra de coordinación entre las cúpulas de los regímenes dictatoriales del Cono Sur de América con la Agencia Central de Inteligencia (CIA), durante las décadas del 70 y 80, fue comandada en Argentina por la organización de extrema derecha Triple A.
En su autobiografía Los Caminos del guerrero, el terrorista Luis Posada Carriles, radicado actualmente en Estados Unidos, incluye los asesinatos de Crescencio y Jesús entre los éxitos de su lucha contra el comunismo.
Los victimarios de Cejas y Galañena son los mismos criminales contra los que luchamos Los Cinco (como se conoce a los antiterroristas cubanos en la campaña internacional por su liberación), enfatizó.
Posada Carriles vive en Miami sin impedimentos legales, a pesar de ser reclamada la extradición por Cuba y Venezuela debido a su responsabilidad en la voladura de un avión comercial de la isla en 1976, atentado en el que perecieron 73 personas.
Tras cumplir una larga pena en cárceles estadounidenses, René González está nuevamente en Cuba, pero sus compañeros (Ramón Labañino, Antonio Guerrero, Gerardo Hernández y Fernando González) permanecen en prisión.
Miles de habitantes de esta provincia rindieron honores desde ayer a Cejas, ultimado con apenas 22 años y cuyos restos aparecieron en un tanque metálico corroído, junto a una colmena, luego de casi una década de pesquisas para localizar su paradero.
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