Nicaragua sigue hoy de frente y con el Frente Sandinista de Liberación Nacional, sin cargar el veneno del odio y tras erradicar la confrontación, la muerte y la guerra, expresó este viernes su presidente, Daniel Ortega.
De acuerdo con el mandatario, todo eso es posible celebrarlo a 34 años de la Revolución Popular Sandinista porque en el país reina la paz y gracias a la solidaridad de gobiernos hermanos latinoamericanos.
Durante su alocución, con motivo de la efeméride, Ortega recordó las privatizaciones, suspensión de derechos, y otras irregularidades cometidas por los gobiernos neoliberales en los años 90 y ante el pueblo firmó el documento que reforma el sistema de pensión mínima para los adultos mayores.
A partir de ahora quienes hayan pagado de 250 semanas hasta 400 recibirán mil 200 córdobas por mes (unos 50 dólares) y quienes hayan pagado hasta 600 semanas, dos mil 800 córdobas (casi 115 dólares), explicó.
Esa conquista fue arrebatada a los jubilados por el gobierno de Violeta Chamorro, impuesto en Nicaragua por el expresidente de Estados Unidos, George Bush padre, y entonces ahí no se escucharon las voces de quienes ahora se rasgan las vestiduras, expresó respecto a los opositores .
Aludió al apoyo de los periódicos de la familia Chamorro a esa medida, adoptada en detrimento de las personas de la tercera edad, que la administración sandinista heredó y ahora resolverá con la ley cuyo cumplimiento correrá a cargo del Instituto Nacional de Seguridad Social.
Con el nuevo decreto, el presidente del gobierno de reconciliación y unidad nacional derogó y borró el rubricado por Chamorro, que suspendió la pensión mínima en 1994, y beneficiará a alrededor de ocho mil ancianos nicaragüenses.
El dignatario hizo referencia a la historia de este país, desde la colonización europea hasta la fecha, y destacó momentos puntuales del batallar de este pueblo contra la injerencia de Estados Unidos, así como ahora por acabar con el lastre de la pobreza.
Ortega agradeció al extinto gobernante venezolano Hugo Chávez, al líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, y a la Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América, su contribución al proyecto encaminado a eliminar ese flagelo en Nicaragua.
Calificó a ambos íconos del movimiento revolucionario latinoamericano de «constructores de la paz y la justicia» y cuestionó el espionaje permanente de Estados Unidos sobre los gobiernos del mundo.
Ortega sugirió cuidarse al presidente Barack Obama, congresistas y senadores del país norteño, porque sin duda ellos también pueden ser espiados por quienes supuestamente dirigen, como se desprende de las revelaciones del exanalista de la Agencia Central de Inteligencia Edward Snowden.
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