La entrega de tierras por los decretos 259 primero y 300 después ha posibilitado donar en usufructo áreas que se encontraban ociosas o deficientemente explotadas.
El marabú le ha robado no pocas tierras a Sancti Spíritus. En materia de cifras, los especialistas admiten unas 62 mil hectáreas afectadas con la maléfica planta, un 12 por ciento del área cultivable de la provincia.
Antes fueron muchas más. Pero ante la exigencia del país por resolver internamente la demanda de alimentos como modo de atenuar las altas cotizaciones de estos en el exterior, se ha incentivado un programa que ha logrado desbrozar buena parte de los marabusales espirituanos.
Una de las estrategias más serias en tal sentido ha sido la entrega de tierras por los decretos 259, primero y 300 después, lo cual ha posibilitado donar en usufructo áreas que se encontraban ociosas o deficientemente explotadas.
Precisamente uno de las principales limitantes para la explotación de esas tierras era el marabú. Hoy aunque no es todo cuanto se aspira puede hablarse de una respuesta en la limpieza y uso de esas tierras.
Baste señalar que más de la mitad de las cerca de cien mil hectáreas entregadas se han dedicado al desarrollo ganadero y del por ciento restante los cultivos varios llevan la voz cantante así como el arroz.
Ello ha permitido un serio esfuerzo de los nuevos productores para liberar las áreas primero y luego incentivar la producción.
Si el impacto hoy no ha sido mayor, se debe, en buena medida por la falta de equipos pesados, en particular, buldózer y chapeadoras para asumir una tarea fuerte así como insuficientes brazos para realizarla de forma manual.
También se precisa de un mayor empuje de las Cooperativas de Producción Agropecuarias donde el proceso ha sido mucho más lento.
Según Idael Pérez, delegado de la agricultura en la provincia, hoy la estrategia va mucho más allá de liberar las tierras.
“La idea es darle tratamiento químico, mecánico, no dejarlo rebrotar y sobre todo garantizar que las áreas liberadas sean cubiertas inmediatamente con cultivos varios o con ganado y por supuesto darle el seguimiento que lleva una labor de este tipo.”
Una respuesta directa a esa estrategia es el programa de rescate de la ganadería estatal que a la vez que se propone la recuperación de cerca de 90 vaquerías típicas, facilita la eliminación del marabú.
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