No se permitirá el trabajo por cuenta propia a particulares de otras provincias. Salud Pública recomienda cautela al optar por algún servicio alimentario.
El vecino de la calle Sobral (altos) le alcanzó el pomo de Lejía al vendedor oriental que expendía en el quiosco de los bajos. Pensó que le había solicitado el producto para ahuyentar las moscas, pero el hombre, mientras le devolvía el desinfectante, le comentó: “Nada, le eché un chorrito al agua y lavé una carne ahí que no estaba fresca; tenía un tufito, pero se lo quité”.
El lugareño relata ahora la historia del carnaval pasado, cuando el apiñamiento, los vapores, los malos olores y la música se llevaron la tranquilidad de su casa. “Todos los años es igual, y ahora con estos truenos…”, exclama al pensar en los días que se avecinan.
Podrá estar tranquilo; sin embargo, normativas adoptadas por el Centro Provincial de Higiene y Epidemiología (CPHE) del territorio impedirán, si se cumplen a pie juntillas, que casos como el que presenció se repitan en las fiestas del Santiago Espirituano que tendrán lugar entre el 24 y el 28 del presente mes.
El licenciado Yoel Cepeda Soto, vicedirector en funciones del CPHE al momento de ofrecer declaraciones a Escambray, recalcó la importancia de que la población gane en percepción del riesgo para rechazar cualquier alimento o actividad que pueda poner en riesgo su salud, ya sea por mala manipulación, por ver los alimentos desprotegidos, mal cocidos o en mal estado, o porque el puesto de trabajo de quien vende presente mala higiene e incluso mal aspecto.
El llamado es, dijo, no solo a que rechacen el servicio, sino a que, además, notifiquen la irregularidad en los puestos de dirección donde se otorgan los permisos de venta o en las áreas de inspección sanitaria estatal, que en el municipio cabecera radican en los policlínicos, en la Unidad Municipal de Higiene y en el propio CPHE.
De acuerdo con la información ofrecida por Lidia Domínguez Sánchez, jefa del Departamento de Higiene de los Alimentos y Nutrición en el referido centro, durante los carnavales se realizará la vigilancia sistemática al cumplimiento de las normas sanitarias vigentes para los centros de producción, almacenamiento y expendio de alimentos, y se aplicará la legislación sanitaria en los casos en que se detecten violaciones de las mismas, tanto en particulares como en estatales.
Como principal novedad para esta ocasión, no se permitirá la venta de alimentos ni el ejercicio de otras actividades (venta de ropa y calzado, colocación de baños públicos o juegos móviles) por personas procedentes de otras provincias, en aras de proteger al territorio de situaciones higiénico-epidemiológicas que se han producido en otras regiones del país.
Tampoco se autorizará el expendio de bocaditos con varias horas de exposición, ni la oferta de comidas criollas servidas de antemano, sino que será preciso exhibirlas y servirlas al momento de ser adquiridas. Hasta el procesamiento del maíz para elaborar frituras u otras ofertas deberá hacerse lejos del área de venta, adonde se concurrirá con la mezcla ya preparada en un proceso que no debe durar más de 12 horas, según indicó la propia fuente.
“En carnavales anteriores se han detectado violaciones que han ido desde la venta de carne que no es fresca, alimentos a la intemperie sin ninguna protección, manipulación directamente con las manos, fumar en el área de venta, expendio de los comestibles y cobro de manera simultánea, hasta otras prácticas inadecuadas”, detalló Lidia Domínguez, y agregó que en tales casos las medidas pueden ser la aplicación de multas y también la suspensión del permiso en tanto se resuelva el problema.
Los trabajadores por cuenta propia de la localidad y del resto de los municipios deben mostrar, a la hora de solicitar el permiso de venta, su licencia sanitaria y la última diligencia de inspección actualizada; en caso contrario, deberán procurar la actualización de ese modelo en los centros municipales o áreas de salud a las que pertenecen. Para las entidades estatales se exige la presentación de la licencia sanitaria.
Las regulaciones a cumplir durante las fiestas populares establecen muchas otras precisiones, entre ellas la prohibición de la venta de agua potable para el consumo, bajo cualquier circunstancia.
Me alegro mucho que los espirituanos puedan celebrar sus fiestas de carnavales a pesar de la existencia de enfermedades, lo importante es la disciplina que deben mantener los vendedores y las exigencias de los organismos y entidades responsabilizados con el control, ese pueblo ha trabajado duramente y merece u tradicional sSantiago, lástima que yo no estaré