Más de 70 jefes de Estado y Gobierno, ministros y altos funcionarios expresaron el compromiso de organizaciones y países con el desarme nuclear.
Durante la tercera jornada del debate de la Asamblea General en su 68 período de sesiones, la sede de Naciones Unidas acogió la primera reunión de alto nivel de ese órgano para promover la búsqueda de mecanismos que permitan eliminar los más de 23 mil artefactos nucleares existentes como una vía de garantizar la paz y la seguridad mundiales.
Al intervenir en la clausura del foro, el presidente de la Asamblea General, John Ashe, celebró la determinación mostrada por los mandatarios, aunque reconoció la variedad de visiones y criterios a la hora de enfocar el tema.
«Permítanme recordarles que pese a que podíamos esperar posturas diferentes y hasta contrarias, no podemos permitir que eso nos detenga en el objetivo de lograr un planeta libre de armas nucleares», advirtió.
A partir de los discursos presentados ante la plenaria de 193 países, Ashe resumió los peligros de esos artefactos de exterminio para la humanidad, así como las propuestas para lidiar con el complejo escenario.
El diplomático de Antigua y Barbuda llamó a comenzar a andar el camino del desarme, remarcando que estará lleno de obstáculos a superar.
Más temprano, el Movimiento de Países no Alineados (Mnoal), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y otros bloques regionales y países defendieron la existencia de un mundo sin armas nucleares.
A nombre del Mnoal y sus 120 naciones miembro, el presidente iraní, Hassan Rouhani, presentó una hoja de ruta que incluye el rápido comienzo de negociaciones para un convenio que prohíba la posesión, desarrollo, producción, adquisición, ensayo, almacenamiento y transferencia de armas nucleares.
El mecanismo -dijo- debe impedir el uso y la amenaza de uso de esos medios, así como garantizar su destrucción.
La hoja de ruta del Mnoal contiene además la designación del 26 de septiembre como el día de renovación del compromiso con la eliminación de estos artefactos, y la realización dentro de cinco años de un foro de alto nivel para revisar los progresos.
Por su parte, el grupo de 33 países que conforman la Celac instó a trabajar en el plazo más breve posible en la negociación y adopción de un instrumento universal jurídicamente vinculante sobre el tema, y a impulsar un cronograma multilateral, transparente, irreversible y verificable.
En su condición de presidente pro témpore de ese mecanismo regional, Cuba defendió en voz de su canciller, Bruno Rodríguez, el establecimiento de zonas libres de armas nucleares, la prohibición completa de los ensayos y el derecho de los estados al empleo pacífico de la energía nuclear.
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