Países latinoamericanos atribuyeron este viernes en la ONU la migración a las desigualdades entre las naciones ricas y pobres, brecha cuya reducción consideraron necesaria para un mejor manejo del fenómeno.
«El movimiento de las poblaciones en todas las regiones es en gran medida el resultado del desigual e injusto orden económico y financiero internacional existente», afirmó la vicecanciller de Nicaragua María Rubiales en la continuación del Segundo Diálogo de Alto Nivel sobre Migración y Desarrollo.
La también representante permanente de Managua en las Naciones Unidas precisó que millones de seres humanos se han visto obligados a asentarse en los países industrializados en busca de mejores condiciones.
Además, las guerras impuestas desde el exterior en contra de naciones en desarrollo son otro factor con incidencia en los flujos de la migración, denunció en el foro de dos días instalado este jueves.
A su turno en el podio del Diálogo enmarcado en el 68 período de sesiones de la Asamblea General, el funcionario dominicano José Ricardo Taveras advirtió: «No podemos desligar tampoco la migración de una de sus grandes causales, que lo es la injusta distribución de las riquezas del mundo entre el norte y el sur».
La falta de oportunidades de empleo y de acceso al conocimiento, así como el hambre encuentran en la migración un equilibrio indudable y en las remesas un respiro para los que quedan encerrados, expuso.
Por su parte, el diplomático de Argentina Mateo Estreme estimó en la plenaria de 193 estados que el subdesarrollo es el responsable por el movimiento de personas, un fenómeno que según la ONU ha crecido con los años hasta llegar en 2013 a más de 230 millones de migrantes.
Se trata de una cuestión que solo encontrará respuesta en un sistema internacional más justo, solidario y equitativo, con espacios para el desarrollo genuino e integral de los diferentes países, sentenció.
En ese sentido, la vicecanciller de Guatemala Rita Claverie de Sciolli dijo que «la equidad debe ser el principio rector en el vínculo migración y desarrollo», con garantías de seguridad, salud y educación.
Solo construyendo estados fuertes se garantizan el derecho de no migrar y la erradicación de la migración irregular, apuntó.
Los países latinoamericanos se sumaron aquí al llamado de la comunidad internacional en el foro a respetar los derechos humanos de los migrantes y a evitar la discriminación, la xenofobia y la violencia.
El Segundo Diálogo de Alto Nivel sobre Migración y Desarrollo persigue comprometer a las naciones en el marco de la ONU con la promoción de los beneficios de este flujo de personas y la reducción de sus implicaciones negativas.
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