Dibuja talento un joven espirituano que se estrena en la presidencia de la Asociación Hermanos Saíz.
Autobloqueo especial al construir paredes para enclaustrarse a sí mismo; Pa comer y pa llevar obras plásticas de merengue; Proyecto arquitectónico de una urbe de cristal; moringa embolsada como Producto de la exportación, y cierta memoria flash con aspecto de refrigerador vacío Formateado por la imagen digital, anuncian osadía al ingeniar arte.
Con destreza artística acude a disímiles modos de decir, premiados en eventos como Pixelart, en Salones de la Ciudad, de Pequeño Formato y Oscar Fernández Morera, donde vallas por la ciudad indican el camino Para comprender el arte contemporáneo y a Ángel Luis Méndez Montagne: la sensibilidad.
¿En tu paleta pesa más la academia o el autodidactismo?
La Escuela de Instructores de Arte fue un descubrir. No me he quedado con el ABC, he seguido buscando por mi cuenta, pero soy artista de academia. La crítica lo ha patentizado. Juego con el fotorrealismo y el hiperrealismo, que son propiamente académicos.
¿Referentes plásticos?
Kcho, Ever Fonseca, Flavio Garciandía, Alexandre Arrechea, Wilfredo Prieto, Félix Madrigal, Hermes Entenza, Lamadrid…
¿Con cuál técnica o estilo sientes mayor realización?
Me siento satisfecho con la pintura y el dibujo; pero, de verdad estoy a gusto para decir y proyectar una idea con instalaciones, performances, prácticas artísticas y otras técnicas contemporáneas. No me clasifico. Nace la idea y busco la vía más factible para ejecutarla: mural, grabado, cerámica, escultura, videoarte, fotografía, body paint…
¿Con qué manifestaciones plásticas te han laureado más?
Instalaciones, intervenciones públicas y arte digital.
Tu opinión sobre los premios: cuestión de suerte o de talento?
A veces, cambia el jurado y cambia el premio, a eso se le puede llamar suerte: que la obra esté en el momento y el lugar preciso, y que cuente con la afinidad del jurado. Pero cuando impera el talento, se pueden obviar los jurados. Aunque varíen, esa misma obra triunfa.
¿Galardones recibidos se ajustan a preferencias receptoras?
Sí, aunque tengo algunos trabajos sin premiar que tanto el público como el criterio especializado agradecen.
¿Qué temáticas te despabilan el pincel?
Los problemas sociales, el entorno, la realidad que vivo, los males universales, la economía, la convivencia, la comunicación…
¿La formación de comunicador social ha influido en tu arte?
Al principio pensé colgar el título, pero realmente esa licenciatura ayuda a pensar mejor la obra de arte, a comunicar. Fabrico mensajes más definidos. A partir de la manipulación textual, logro persuadir.
¿Piensas en el receptor desde la propia creación?
Hay artistas que dicen no interesarse por el destinatario, que trabajan para sí. A mí sí me importa, no solo qué dice, sino cómo reacciona, qué hace o piensa a partir de mi propuesta. Si dejara de tenerlo en cuenta, no estaría haciendo la obra correcta, la que yo quiero hacer.
¿Inspiraciones?
La familia. Cuando trabajo necesito un beso de mi niño, por raticos. En él busco esa parte creativa. Sus juegos ingenuos los llevo al lienzo. Todo el arte me inspira. Puedo definir una pintura a partir de cierta película, tema musical, escena teatral o buena danza.
¿Alguna liturgia propia para invocar musas?
Tengo un ritual que no tiene que ver con buenos vicios. Me gusta estar solo, oyendo trova o flamenco, esa música que me despierta la espiritualidad, con un cafecito y un cigarro. Así llueven las ideas. Muchas quedan en proyecto, algunas realizables, otras utópicas.
¿Cómo resuelves desechar un boceto?
No lo desecho, lo postergo. Hay que tener una especie de instinto que te permita definir cuándo es propicio o no para exponer en determinado lugar, si está apto para salón competitivo, exposición personal, colectiva, para regalar o vender. Eso lo da la experiencia.
Si prefieres la soledad, ¿cómo asumes esas manifestaciones de las artes plásticas donde se interactúa con el público?
En las creaciones donde la gente es partícipe primero aflora la timidez, pero hay que ser espontáneo, abierto e improvisador.
El título: ¿arrancada o remate del cuadro de Ángel Luis?
A veces un título me da el pie forzado para crear y viceversa. Titular es un arte que puede exaltar o hundir la creación. Hay que ser sintético, buscar la manera de no regalar toda la comprensión y tampoco complejizarla. Cuando la muestra habla por sí sola, lo obvio.
La pluralidad caracteriza al arte juvenil cubano, ¿dónde radica la identidad de tu producción?
En la idea, a partir de ese contexto del que soy parte.
Recientemente asumiste la presidencia de la AHS en Sancti Spíritus. ¿Cuál es la estrategia local para encauzar la juventud creadora?
Aspiramos a mejorar peñas y eventos, concretar proyectos engavetados, formar talleres de crítica e investigación, multiplicar el intercambio con otros países, perfeccionar las dinámicas de promoción y animar la enseñanza artística.
Tales ocupaciones sustraen tiempo al proyecto personal…
Tengo que equilibrar cargo y creación. No puedo descuidar la carrera por la que hoy tengo esa responsabilidad.
¿Proyecciones mediatas o inmediatas?
El Salón de arte joven Vita Brevis, exposiciones en Ciego de Ávila, Camagüey y proyectos para un salón importante en la capital.
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