El pleno de la Eurocámara debatirá este miércoles las consecuencias del espionaje masivo de Estados Unidos a la Unión Europea (UE), un acto calificado como inaceptable que ha enturbiado las relaciones en ambos lados del Atlántico.
Según publicó el fin de semana el semanario alemán Der Spiegel, la Agencia de Seguridad Nacional norteamericana accede a diario a millones de conversaciones confidenciales, correos electrónicos y archivos de los ordenadores en los países de la UE, incluidos los de representaciones del bloque en Bruselas, Washington y la ONU.
A esta información se añade la publicada por el diario británico The Guardian, de acuerdo con la cual los servicios secretos estadounidenses espian 38 embajadas, entre ellas las de Francia, Italia y Grecia.
De ser ciertas las denuncias, ello sería un golpe durísimo para las relaciones entre Bruselas y Washington, afirmó hoy Martin Schulz, presidente del Parlamento Europeo.
Schulz habló este lunes con el embajador de Estados Unidos ante la UE, William Kennard, a quien exigió información rápida y concreta sobre este caso.
«Comprendo que se tomen medidas preventivas para detectar posibles actuaciones terroristas, pero no creo que en las instituciones de la UE se planeen atentados», dijo Schulz, al referirse a las justificaciones de la Casa Blanca de proteger su seguridad nacional.
Los grupos políticos en la Eurocámara debatirán el miércoles las consecuencias de este escándalo en los vínculos bilaterales, incluidas las negociaciones sobre un tratado de libre comercio.
Guy Verhofstadt, líder de la agrupación liberal en el órgano legislativo, reclamó la presencia en la reunión de José Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea.
Barroso dio instrucciones a los servicios competentes para que lleven a cabo un «amplio barrido y comprobación de la seguridad» en las instituciones comunitarias.
En toda Europa las revelaciones sobre el espionaje estadounidense provocaron un profundo malestar y repudio y países como Francia y Alemania reaccionaron con firmeza ante la posibilidad de que sus gobiernos estén siendo vigilados.
El presidente francés, Francois Hollande, condicionó cualquier negociación con Estados Unidos sobre un tratado de libre comercio, a que Washington deje de espiar a sus socios europeos.
Mientras, en Alemania la ministra de Justicia, Sabine Leutheusser-Schnarrenberger, consideró que «excede a todo lo imaginable que nuestros amigos de Estados Unidos miren a los europeos como enemigos».
Según Der Spiegel, que cita como fuente al exagente de inteligencia norteamericano Edward Snowden, Alemania es el país más vigilado dentro de la UE y el sitio más controlado es Fráncfort, la capital bancaria y financiera.
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