El antesalista de los “Cachorros” ahora se arriesga en el campo corto de la selección espirituana que comanda la Serie Nacional de Béisbol.
La de vestir con traje de Gallo a Yunior Paumier Oliva no fue una decisión tomada a tontas y a locas. El mánager espirituano lo captó en una de las pocas veces que ha jugado como torpedero en sus nueve Series Nacionales.
“Lo había visto jugar en esa posición en la Copa de Ciego de Ávila. Ahora en la segunda división se desempeñaba también ahí al no estar Yordan Manduley, que es el regular en su equipo; además, me consta que batea”, confirma Yovani Aragón.
Lo pensó dos veces y le llamó ante la urgencia que impuso la necesaria baja del refuerzo inicial Alexander Ayala. ¿De acoplamiento? Dos semanas. No había otro tiempo para los desplazamientos, ni para los lances con un cuadro desconocido hasta entonces. Mucho menos para pensar en riesgos ante un equipo con ambiciones y una afición exigente.
Allí juega tal cual es: tranquilo y resuelto. Nada de espectáculos, ni de inventos. Se le “irán” como a todos. Mas, sin ser un short stop con todas las de la ley, el holguinero resuelve desde el guante y desde el bate.
Tal vez por las mañas de las que se arma todo pelotero, al menos los que como él atraviesan la escalera desde la base, la EIDE y todas las categorías, o tal vez por aquello de no hacer quedar mal a quien confió en él, Paumier se ha parado en sus trece en una posición que hace años le provoca a Sancti Spíritus no precisamente tranquilidad y maestría.
“Desde que me llamó Aragón me dijo que jugaría en el siol, pues aunque en Holguín me desempeño en tercera, aquí está Yulieski que es uno de los mejores de Cuba; solo trato de hacerlo bien, no pienso en lo malo, si no en lo positivo, así ayudo al equipo y lo que busco es que la afición, que sé que es muy exigente, salga satisfecha conmigo.
“En las provinciales juego en el campo corto, aunque en una serie me desempeñé también en esa posición. Debo decir que no estoy adaptado todavía, pues apenas entrené dos semanas, pero lo primero es tener confianza y faldear”, precisa.
Quedaba en el fondo, quizás, una vieja rivalidad nacida al calor de aquel conjunto holguinero que le robó a los Gallos un título posible hasta el último out. Quedaba, quizás, la contrariedad por ser escogido en “repesca”.
“No estuve con aquel equipo pero recuerdo eso; no hay ninguna rivalidad, soy uno más entre ellos, me han acogido muy bien aquí, es un equipo que tiene figuras relevantes del béisbol cubano, y voy a luchar para que Sancti Spíritus llegue a discutir el campeonato como lo hizo en el 2002 frente a mi provincia.
“Estoy aquí también para demostrar que sí podía estar dentro de los 40, y que soy un pelotero de Cuba que quisiera jugar donde el nivel de la pelota esté más alto y compararme con peloteros de gran nivel”.
Holguín es de esos equipos de juego activo, rápido, “chiquito”. Chocar con un elenco con estilo diametralmente opuesto supone una adaptación, más que de físico, de mente. Eso lo sabe Paumier, cuyo nombre no goza tampoco de los favores mediáticos, aun cuando su average ronda los 300. Eso quizás explique sus evasivas para esta entrevista. Mas, intrusea entre los sluggers en una serie donde el “señor jonrón” no ha matizado tanto el espectáculo. Diez cuadrangulares, que parecen no caber en sus libras, no es cifra que espeluzne, pero habla de fuerza y reta el “liderazgo” bien ganado de bateadores natos, al punto de encabezar el casillero en su nuevo equipo.
También se cuela en los principales resultados ofensivos entre los 10 primeros de toda la serie con más de 60 hits, 14 dobles, 36 impulsadas, más de 500 de slugging y 110 bases recorridas; en tanto 10 veces ha impulsado el empate o la victoria.
“En mi equipo tengo mucha responsabilidad, soy una de las principales figuras, aquí tengo que adaptarme al sistema de juego de Sancti Spíritus que cuenta con muchos hombres de fuerza y de tacto, estoy ahí para apoyar lo que diga el director.
“No puedo decirte que sea jonronero, solo he tratado de llenar la bola, como dicen, y este año me han salido varios. En eso ha ayudado también que como estaba en la segunda división llegué aquí en forma, pero no se trata de entusiasmar no a la gente, ese no es mi estilo, soy más bien un bateador de líneas, de dobles…”.
No viene, como algunos pudieran pensar, con aires de conquistador a adueñarse de traje extraño. “Voy a tratar de dar lo mejor de mí, pero mi provincia es Holguín. No tengo otro interés”.
Allá le esperan muchas motivaciones, sobre todo un pequeño que se gesta y en unos cuatro meses le robará los sueños paternos por primera vez por mantenerlo “entre tercera y siol”.
Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.