En lo que va de 2013 se reportan un total de 106 accidentes, reconocidos por el grupo provincial encargado de registrar esas estadísticas.
A pesar de los esfuerzos para aminorar los riesgos en los centros laborales, un total de 106 accidentes ha reconocido el grupo provincial encargado de registrar esas estadísticas en Sancti Spíritus en lo que va de año.
La falta de control de la administración sobre su personal, la violación de normativas y la no utilización de métodos seguros de trabajo figuran entre las causales de un fenómeno en el que le va la vida a muchas personas.
De acuerdo con el informe presentado en la conferencia provincial XX Congreso de la CTC en Sancti Spíritus, el 2010 resultó el de mayor nivel de accidentes mortales de los últimos cinco años, con un total de 11 trabajadores fallecidos.
El documento subraya además que algunas entidades sobreponen la producción y los servicios al bienestar del hombre, quien es, en definitiva, la esencia de todo proceso.
Aunque la capacitación o la responsabilidad de los trabajadores ante el uso de los medios devienen otros factores importantes a la hora de prevenir, el papel de las administraciones resulta insustituible para lograr una menor incidencia de percances fatales en el bienestar de los recursos humanos, que cada día asumen un rol preponderante dentro del complejo entramado económico que Cuba pretende fortalecer.
El citado informe manifiesta la poca durabilidad de medios de protección comprados por las entidades, la no definición de los riesgos propios de cada empleo para adquirir los implementos necesarios, así como la no ejecución del presupuesto priorizado por el país para la adquisición de insumos capaces de preservar la vida de los trabajadores.
“Al cierre del primer semestre del 2013 se han ejecutado 376.8 miles de CUC de los 987.5 miles dispuestos para ese empeño. Los mayores incumplimientos los reportan los sectores del Comercio, Industrias, Comunales, Transporte y el Ministerio de la Agricultura”, confirma el documento.
Voluntad y sentido común deberán confluir en ciertos espacios para proteger la vida de quienes, desde su cotidianidad, mueven el ámbito económico de todo un país: sus trabajadores.
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