Petrocaribe, nacido el 29 de junio de 2005, procura dar un salto superior con la estructuración de una zona económica en su octava Cumbre de este sábado en Nicaragua.
El proyecto beneficiará en primera instancia a Venezuela, Cuba, Antigua y Barbuda, Honduras, Haití, Bahamas, Jamaica, Belice, Nicaragua, República Dominicana, Dominica, San Cristóbal y Nieves, Granada, San Vicente y las Granadinas, Guatemala, Santa Lucía, Guyana y Suriname.
Con la concreción de esa propuesta, a partir de esta reunión en Managua, esos 18 países pueden fortalecer el modelo comercial equitativo y justo que distingue la relación entre ellos desde que suscribieron el acuerdo promovido por el fallecido presidente venezolano Hugo Chávez (1954-2013).
Petrocaribe demostró en estos años sus potencialidades para contribuir al cumplimiento de esa meta, por oposición a lo que preconizan los tratados de libre comercio o acuerdos de asociación con la lógica neoliberal que privilegia el mercado en detrimento de los seres humanos.
Gracias al abastecimiento sistemático de hidrocarburos desde Venezuela, con facilidades de pago, esas naciones fueron menos golpeadas por la crisis financiera, las fluctuaciones en los precios del petróleo y el alza de los valores de los alimentos en 2008, coinciden expertos.
En casos como el de Nicaragua, donde el gobierno pretende una redistribución más equitativa de las riquezas, la inserción en ese mecanismo posibilitó dinamizar la economía a favor sobre todo de pequeños y medianos productores, según el vicepresidente de la empresa Albanisa, Francisco López.
De igual modo aportó a la implementación de programas sociales con gran impacto para las familias más empobrecidas, acorde con el Plan Nacional de Desarrollo Humano, y proyectos de generación energética de forma sustentable y con menores impactos en el medio ambiente, entre otros.
Petrocaribe es un mecanismo de respeto y equidad, basado en un esquema de financiamiento justo, con rendimientos financieros que favorecen por igual a todos sus miembros, concuerdan representantes de los países afiliados a ese acuerdo.
Ese instrumento integrador, que tiene como principio fundamental la complementariedad, está signado por la sensibilidad humana y ello prevalecerá en las bases de esa nueva zona económica, de cumplirse los pronósticos de presidentes, ministros y otros enrolados en su formación.
La determinación de dar curso a la concreción de esa iniciativa derivó de la séptima cumbre, celebrada el 5 de mayo de 2013 en Caracas, bajo el criterio compartido de que posibilitará consolidar los espacios políticos, económicos y comerciales a fin de afianzar la soberanía en la región.
Aún es limitado el intercambio entre estas naciones, pese a su cercanía desde el punto de vista geográfico, lo cual redunda en que buena parte de ellos terminen negociando con «países que se llevan la tajada de león», señaló el ministro de Hacienda y Crédito Público de Nicaragua, Iván Acosta.
La creación de una zona económica de Petrocaribe impulsará la inversión, el comercio y el desarrollo de las capacidades productivas de estas naciones, ganada la estabilidad energética en virtud de este tratado, concordó Acosta con otros expertos.
Para los integrantes de Petrocaribe cuestión esencial es fortalecer el intercambio de bienes a través del respeto a las asimetrías y a la complementariedad para propiciar mejores condiciones de vida a los seres humanos y justicia social.
América Latina y el Caribe vive un proceso de reencuentro y unidad, en el cual sobresale la decisión de continuar creando las mejores condiciones para garantizar los derechos de sus más de 570 millones de habitantes.
El alcance de esa meta será el mejor homenaje a Chávez, cuya pérdida física renovó el compromiso de asumir su legado, en el accionar de los delegados de los 18 países miembros del ente que intentan un nuevo paso de avance en esta Cumbre en Managua.
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