Investigación de la Universidad Central de Las Villas y la Universidad de Lausana, Suiza, se materializa en la fábrica espirituana.
Por Freddy Pérez Cabrera
Nuestro país estará en condiciones de producir cemento industrial con muy bajo contenido de clinquer, cuando a partir de hoy se inicia en la fábrica de cemento Siguaney, de Sancti Spíritus, el proceso de calcinación de las arcillas caoliníticas, paso previo a la producción definitiva del mencionado material.
De acuerdo a las precisiones del Doctor en Ciencias José Fernando Martirena Hernández, uno de los autores del novedoso proyecto, que recibió en fecha reciente el Premio Nacional de la Academia de Ciencias, con la puesta en práctica de esta inventiva, Cuba se convertirá en pionera en el planeta en materializar el relevante resultado, antecediendo a la India, que también acometerá esas producciones en un futuro cercano a partir de la asimilación de la experiencia cubano-suiza.
Asimismo, el director del Centro de Investigaciones y Desarrollo de Estructuras y Materiales (CIDEM), perteneciente a la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas, destacó, cómo tras la quema, que tendrá lugar esta semana, estarán listas las condiciones para, en el mes de abril, lograr las primeras fabricaciones del nuevo tipo de cemento, para lo cual la industria espirituana se ha venido preparando desde hace más de un año.
El notable resultado de los investigadores cubanos, alcanzado de conjunto con la Universidad Politécnica de Lausana, Suiza, se basa en la sustitución de hasta un 60 % del clinquer utilizado en las elaboraciones actuales, por una mezcla del material conocido como metakaolín y piedra caliza, esta última sin quemar, hecho que evitaría la emisión de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera.
Es conocido que por cada tonelada de cemento producida, se genera aproximadamente una de dióxido de carbono, un importante gas de efecto invernadero, de ahí la trascendencia de la concreción de la mencionada innovación, capaz de reducir en un 32 % las emisiones de CO2 en relación con el cemento P350, además de disminuir el costo de energía en un 29 %, según refiere el Doctor Martirena.
El cemento ecológico resulta de gran utilidad en aplicaciones que no lleven refuerzo, es decir, en la producción de bloques de hormigón, tejas de techo, y en general en todos los trabajos de terminación, además de ser muy útil a la industria petrolera por sus propiedades refractarias, destacó el reconocido especialista.
Todos los beneficios que se reporten en aras de evitar la contaminación del medio ambiente son bienvenidos, es una gloria para la industria espirituana comenzar con ese proyecto y más si no afecta la producción de ese preciado material, que tanta falta hace para acometer los planes de construcciones, tanto estatal como por cuenta propia. Seguimos adelante.