Si la suerte ayuda, al mediodía de este domingo quedará restablecido el paso por el tramo de vía conocido como Zaza Norte, luego del descarrilamiento de la mitad de los 30 vagones del tren que viajaba hacia Camagüey en la tarde noche del viernes 18 de octubre.
– Calificado como de gran envergadura accidente ferroviario en predios espirituanos (+ fotos)
Si la suerte ayuda, y el tiempo también, porque de ocurrir precipitaciones en la zona podrían complicarse las acciones.
Movimientos de un enjambre de hombres, ruidos de equipos de oxicorte, voces de alerta, meriendas y agua a la mínima sombra de unas matas, infinidad de trozos de traviesas de hormigón con los alambrones asomándoles, en forma de araña. Esperanzas, incertidumbres. Tal era el panorama que caracterizaba la jornada de este sábado en el lugar del suceso, calificado como un accidente de gran envergadura, dados los considerables daños que ocasionó a la infraestructura ferroviaria del Centro, que agrupa a las provincias de Cienfuegos, Villa Clara y Sancti Spíritus.
La voz de un hombre de apellido Yumar, corpulento y sudado, se pierde entre los ruidos y la grabadora no alcanza a recoger más que el rugir de los equipos. Es el jefe de una brigada de trabajadores ferroviarios de Placetas que labora en la restauración del vial dañado, tan dañado que apenas se divisan las huellas de los rieles levantados de a cuajo por los once vagones volcados hacia la barranca.
Allá, abajo, hasta no hace tanto, dormían, en espera de ser rescatados, el refresco, el tabaco y el cemento cuyo viaje quedó trunco por un imprevisto cuyas causas todavía se investigan. Este domingo todavía estarán decenas de hombres empeñados en extraer de los silos, deformados e inutilizados definitivamente, el cemento que debía llegar a tierras orientales, pero quedó atrapado aquí por azares del destino.
Si finalmente el puente está en condiciones de ser usado nuevamente, porque se valoraba también la posibilidad de que hubiera sufrido serias afectaciones, la zona volverá a un orden relativo.
Durante la jornada del sábado, tres de los cuatro vagones descarrilados que no se precipitaron a tierra fueron devueltos a las paralelas metálicas y el último, que pendía como espada de Damocles sobre la tranquilidad de las autoridades ferroviarias y el resto de quienes participaban en las acciones, fue halado sin que se precipitara al fondo de la cañada, como amenazaba con suceder dada la posición inclinada en que quedó luego del accidente.
Dos trenes de auxilio con sus respectivas grúas, procedentes de Villa Clara y Camagüey, estaban responsabilizados con el izaje de las casillas que transportaban el refresco, o de sus restos, y de la plancha contenedora que viajaba cargada de tabaco.
Hombres de aquí y de allá olvidaban el reloj y su fundían en un mismo propósito. Los hilos de la solidaridad, halados por el suceso que despabiló la pereza de los zaceños cuando la luz del día del pasado viernes se fundía con la noche, han echado raíces y escrito páginas.
Tal vez dentro de semanas nada o casi nada en el escenario donde ahora no hay sosiego recuerde que allí tuvo lugar un hecho lamentable. Pero, sin dudas, en la memoria de sus protagonistas persistirá el recuerdo de la comunión que un día tendió puentes y borró fronteras, la comunión que tejió lazos tan fuertes como para que el Zaza Norte continuara enlazando al Occidente y al Oriente pese a la adversidad de un octubre aciago.
Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.