Con un exquisito trabajo genético y de selección, la Apicultura espirituana se distingue en Cuba en la crianza de abejas reinas.
Todavía Reinaldo Santana Targarona se pregunta cómo ha podido permanecer los últimos 18 años de su vida apegado a la crianza de abejas reinas. “A veces me dan deseos de irme porque me pican todos los días, a eso no se adapta nadie; es un dolor, una punzada que me llega al corazón. Siempre aguanto y me concentro en el trabajo para poder hacer bien cada paso”.
No tiene nombre de monarca, pero desde 1995 comanda solo el centro de abejas reinas Las Tosas y le bastan su voluntad y conocimientos para atender las áreas de colmenas maternas, paternas, iniciadoras, educadoras y auxiliares, además de 264 núcleos de fecundación, recintos de donde salen cada mes más de 200 reinas.
“Desde que se hace el injerto o traslarve a que la reina sale lista para la fecundación, pasan de 28 a 30 días. Es un trabajo de mucha dedicación, hay que ser observador y responsable porque todo ocurre en un ciclo en el cual no puede fallar nada. El injerto de la larva en la celda es el paso esencial del proceso pues al momento de ese traslarve es muy pequeña, casi transparente y hay que sacarla y ponerla en la copita de la celda. Prefiero la mañana para esas labores, hay una gran cantidad de abejas en el campo, trabajando; en cambio, por la tarde regresan y pican mucho”.
ENIGMAS EN LA COLMENA
El hombre ha penetrado a este reino animal y descifrado algunos de sus enigmas, como ese de que las abejas escogen una larva, la alimentan y la atienden mejor, así se le desarrollan más los órganos reproductores y de ahí sale la reina de forma natural.
Según los entendidos, para que una colmena produzca miel y sea eficiente debe tener entre 60 000 y 80 000 abejas, dotación que solo necesita de una reina para funcionar y reproducirse, porque ese ejemplar, una vez fecundado en su vuelo nupcial por el zángano, es capaz, con esa única fecundación, de mantenerse durante todos los días depositando de 2 000 a 3 000 huevos, para propiciar así mas nacimientos que muertes y garantizar la renovación de la colmena.
“La reina puede durar de tres a cuatro años, pero su vida reproductiva, donde ella manifiesta su mayor producción, es en un año; por eso se exige renovarla anualmente y, como lo que buscamos es la miel, el hombre ha modificado ese proceso natural de la colmena y se crearon los centros especializados para lograr una línea de producción de reinas que sea resistente a plagas y enfermedades y que provenga de una selección genética”, explica Bruno García Castro, director de la Unidad Empresarial de Base Apicultura Sancti Spíritus.
En la provincia funcionan seis centros genéticos de crianza de abejas reinas: dos pertenecientes al sector cooperativo y campesino y cuatro a Unidades Básicas de Producción Cooperativas, solo esos últimos garantizan el 80 por ciento de esta producción que el pasado año ascendió de forma total a 12 672 reinas; dicha cifra destacó al territorio como único que obtuvo la dotación suficiente para reponer la totalidad de esos ejemplares, paso que se materializó en el 92 por ciento de las colmenas.
“Hay productores apegados a la tradición de la reina natural -sostiene Bruno García- y algunos no quisieron hacer el cambio, es un proceso que requiere dominio, hay que ir primero y matar la reina vieja, llevar la nueva acompañada de algunas abejas en una cajita que trasladamos en carros de Trasval, allí en la colmena se pone la reina en un rolo, y las mismas obreras se encargan de liberarla”, expone Bruno.
ZÁNGANOS CON VIRTUDES
La reina criada en los centros proviene de un pie de cría seleccionado y genéticamente aprobado, pero también existe la colmena paterna (zánganos) bajo ese mismo rigor, según refiere Michel Montelongo Rodríguez, especialista principal de la rama apícola.
“La reina natural tiene que fecundarse con los zánganos de la colmena, mientras esta se fecunda con una dotación paterna seleccionada, lo que asegura mayor calidad en la fecundación y como tal obtener una reina de mayor capacidad reproductiva.
“Con esta reina no se pierde tiempo en la producción de miel, porque al ser genéticamente superior mantiene alta deposición de huevos y la renovación constante de las obreras que son las que garantizan la fabricación del alimento”, afirma Michel.
Directivos y especialistas concuerdan en que los productores que cambian anualmente la reina incrementan la producción de miel, de ahí el interés por concretar este paso en la totalidad de las colmenas de la provincia.
La Apicultura se propone concentrar el ciclo de extracción de reinas de los centros de crianza en el primer semestre porque es el mejor momento para hacer la reposición, al ser la época de menor producción de miel y coincidir con la de mayor enjambrazón. “Junto a ello -subraya Michel- hay que trabajar para aumentar el número de núcleos de fecundación en esos meses a fin de reponer las reinas que se comen depredadores aéreos como el pitirre y la golondrina”.
Aunque algunos apicultores hacen resistencia al cambio anual de la reina -de por sí barata, pues un ejemplar que mantiene durante un año una increíble capacidad reproductiva cuesta 85 pesos-, directivos del sector aseveran que la política seguida con la crianza y reposición de la reinas se erige en Sancti Spíritus como uno de los baluartes de los altos rendimientos que logra la provincia en la producción de miel, resultado que hace realidad la frase: dame una buena reina y te daré una buena cosecha.
Hola y felicidades por el artículo camaradas. Quisiera saber a dónde tengo que dirigirme para comenzar a prepararme para ser apicultor,soy espirituano y me gusta mucho este mundo y sé que somos una provincia puntera en estos temas. Un abrazo y esperare atentamente a su respuesta.
Luis.
Interesante artículo