El Valle de los Ingenios, Patrimonio Cultural de la Humanidad al centro sur de la provincia de Sancti Spíritus, rejuvenece hoy con el rescate del verde paisaje y las casas-hacienda, exponentes de la arquitectura industrial azucarera del período colonial.
Norberto Carpio, director de la Oficina del Conservador de la Villa de Trinidad y el Valle, en declaraciones a Prensa Latina dijo que se han hecho intervenciones para su consolidación estructural en la mayoría de las 13 casas-haciendas, en distintas etapas, impulsadas ahora con vistas a los festejos por el aniversario 500 de la villa.
Puso de ejemplo las labores realizadas en la de Guáimaro, donde radicará el Centro de Interpretación del Patrimonio Industrial del citado valle.
Refirió que a la ubicada en la antigua fábrica de azúcar San Isidro de los Destiladeros se le consolidará su deteriorada estructura, mientras se remozó la torre que se alza frente a ella.
Aquí se conserva el llamado tren jamaiquino, una estructura entre muros de mampuestos y bóvedas de ladrillos usada en la época colonial para la cocción del azúcar.
Subrayó que de las 13 casas-haciendas erigidas junto a los antiguos ingenios azucareros por los ricos hacendados que otrora dominaron el valle están recuperadas Las Bocas, Algaba, Guachinango, Manaca-Iznaga, Guáimaro, Buenavista, Palmarito y El Abanico.
Según especialistas, este tipo de construcción refleja el nivel de complejidad y desarrollo logrados en el acontecer histórico del ingenio en la región y puede nombrarse de diferentes formas, entre ellas, casa de vivienda, del hacendado, casa principal o simplemente vivienda, aunque en realidad son grandes mansiones en medio de un paisaje rural.
En ese valle existían en 1840 un total de 43 ingenios, pero la crisis económica de mitad del siglo XIX (1857 a 1866), unido a otros factores sociales, afectaron gravemente a la industria azucarera trinitaria.
El Valle de los Ingenios se convirtió en el principal centro receptor de negros esclavos, traídos a la fuerza y en condiciones infrahumanas desde la lejana África a Cuba.
Por su parte, Víctor Echenagusía, especialista principal de la Oficina del Conservador, al referirse a la casa-hacienda Guáimaro, del siglo XVIII y remodelada en el XIX, expresó que su antiguo ingenio, de igual nombre, logró la mayor zafra del mundo en su época hacia 1827.
Indicó que las valiosas pinturas murales del mencionado inmueble denotan la presencia de artistas extranjeros en la villa, en particular la del decorador y pintor italiano Daniel DÂ�allaglio, quien dejó su impronta en Trinidad y en las occidentales ciudades cubanas de Matanzas y La Habana.
Trinidad, conocida como la Ciudad Museo del Caribe, fue declarada en 1988 por la Unesco -junto al Valle de San Luis o de los Ingenios- Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Ubicada a unos 360 kilómetros al este de La Habana, es la tercera de las siete primeras villas fundadas en la isla por Diego Velázquez y celebrará en enero próximo cinco siglos de existencia.
Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.