El Congreso de la Uneac se efectuará a mediados de abril próximo en La Habana.
La defensa de legítimos valores culturales sobre el predominio de la banalidad destaca entre los problemas que analizarán los escritores y artistas cubanos en su próximo congreso, el 12 y 13 de abril de 2014.
Miguel Barnet, presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), confirmó la fecha de la cita que abordará algunas de las polémicas contemporáneas en torno al rescate de ciertas tradiciones venidas a menos, como el carnaval.
En declaraciones a la televisión nacional, el poeta y novelista alertó sobre la visión mercantilista del arte, que pone el interés económico sobre el estético, con su coste social.
Para algunos, parte de la culpa recae en tendencias foráneas de gran arraigo, como el reguetón importado, aunque ningún género es de por sí culpable de lo que las personas expresen con ellos.
Jorge Nuñez, presidente de la Uneac en la oriental provincia de Guantánamo, espera que nuevamente del congreso salgan acciones que atenúen las circunstancias que afectan la producción artística.
Para Carlos Tamayo, su homólogo en la vecina provincia de Las Tunas, es momento de evaluar el impacto que han tenido en Cuba corrientes extranjeras que no son artísticamente de lo mejor.
Puso como ejemplo cuánto se ha desdibujado una vieja tradición como el carnaval, que perdieron mucha de su fuerza primigenia, la espontaneidad de barrios y comparsas, debido al intervencionismo.
Al menos así lo aseguró la ensayista Graziella Pogolotti, que tildó de grave error el intervencionismo de las instituciones en una fiesta de esencia popular y de barrio.
«La fiesta popular es un elemento fundamental de la identidad y nace de abajo, del barrio, pero advierto una concepción empresarial poco transparente en ese sentido», alertó.
A su vez, las nuevas regulaciones tributarias para el sector artístico, con algunas ambigüedades y la falta de un reglamento, también fue tema de discusión en las reuniones previas a la cita.
En tal sentido, Barnet ha hecho públicos sus recelos respecto a las cooperativas culturales, ante el peligro de que el artista se convierta en cuentapropista (trabajador del sector privado).
La próxima cita llegará con el precedente del congreso de la Asociación Hermanos Saíz, en el cual los jóvenes creadores de Cuba plantearon preocupaciones que trascienden lo artístico y tocan lo social, que entienden como algo intrínseco a la cultura.
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