Sistemas de regadío a través de paneles solares abren un camino en la agricultura de montaña.
Mientras haya sol hay agua, campechana y sabia definición esgrimida por el gremio anapista para apuntalar la singularidad que tiene en el lomerío la instalación de cinco sistemas de riego alimentados por paneles solares y que, intencionalmente, apoyan el desarrollo de los granos y frutales en esa irregular topografía.
Los sistemas fueron donados realizada a través de una firma alemana que respaldó estos proyectos de colaboración en zonas montañosas de Cienfuegos y Sancti Spíritus. “En el caso de nuestra provincia, el equipamiento se ubica en la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Rafael Saroza, en Trinidad, que trabaja desde hace varios años la línea de los frutales, según explicó Tomás Pérez Gaspar, funcionario de la ANAP en el territorio.
Estos sistemas están en correspondencia con el empleo de las fuentes renovables de energía; hay tres funcionando, los otros dos esperan por la instalación de la nueva turbina (las iniciales fueron víctimas del robo). “Es una tecnología para 20 años de explotación e incluye paneles solares, bombas, sistemas de mangueras, cables y surtidores con alcance de 15 metros”, explica la propia fuente.
Adelanta el funcionario anapista que a tono con el interés de respaldar la producción de granos y frutas en la serranía, se concibe en lo adelante instalar más sistemas de regadío compatibles con el cuidado de ese entorno y el propósito más cercano en tal sentido proviene de nueve proyectos de colaboración con el PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) a ejecutar en el año próximo, de los cuales cuatro están aprobados y se dan pasos para incluir los restantes en el plan de la economía del 2014.
Los cinco sistemas ubicados en la CCS Rafael Saroza, incluida entre las 100 cooperativas del país que impulsan la producción de frutas, cubren individualmente una hectárea y benefician a un centenar de productores.
“La energía del panel solar da para unas tres horas de riego continuo y a partir de la explotación del equipamiento hemos incrementado la siembra de frutales, los viveros; dada la movilidad del sistema y los cerca de 500 metros de conductora principal, podemos regar las plantaciones en áreas diferentes. La mayor utilidad la experimentamos en el período seco”, explica Eulampio Polo Romero, uno de los campesinos incluido en este proyecto.
Guayaba, mango, plátano, aguacate y naranja figuran entre los cultivos favorecidos con el riego en esa zona; producciones que si bien no alcanzan grandes magnitudes, sus niveles de cosecha para nada son despreciables; sin embargo, esos productos tropiezan muchas veces con los frenos de la comercialización.
“Estamos proponiendo instalar más sistemas de riego de paneles solares o de otro tipo, afirma Jorge Rojas Duardo —vicepresidente de la CCS—, porque en esta zona de El Algarrobo hay un potencial de suelo y productores para incrementar la producción de frutas”.
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