La llegada de cinco naves permitirá una mejor atención a las plantaciones de este cultivo en la provincia.
Para respaldar los incrementos actuales y perspectivos de la producción de arroz en el municipio de La Sierpe, la zona de Cuba que más demanda la aviación agrícola -entre 500 y 600 horas mensuales-, llegaron cinco naves M-18B a la Unidad Empresarial de Base (UEB) Sancti Spíritus, perteneciente a la Empresa Nacional de Servicios Aéreos (ENSA), inversión que se integra a las que acometen el Ministerio de la Agricultura y la rama hidráulica en aras de ampliar la cosecha del cereal.
Este reforzamiento de la flota espirituana al servicio, principalmente, de la actividad arrocera -el avión ejecuta más del 70 por ciento de las actividades en el cultivo- llega en un oportuno momento, toda vez que el actual parque de aviones tiene baja disponibilidad técnica debido a las roturas, las limitaciones de piezas y la sobrexplotación a que ha estado sometido, situación que impacta en el cumplimiento de las horas de vuelo y la atención al cultivo; en tal coyuntura no podía enfrentarse el aumento de esa producción como lo persigue el país a fin de reducir la dependencia importadora del alimento.
“Llevábamos varios años con la flota envejecida porque en esta rama todo es muy costoso y la propia sobrexplotación de la nave trajo consigo las roturas, lo que hacía complejo el servicio ya que la arrocera trabaja en un ciclo determinado por la tecnología de esa producción y las propias exigencias del cultivo, de manera que cuando hace falta el avión hay que ponérselo allí, por eso es tan importante esta adquisición para un frente estratégico de la producción de alimentos”, manifiesta el ingeniero Maiquel Cabrera García, jefe de del Departamento Técnico en la entidad aérea espirituana.
De los cinco medios llegados a Sancti Spíritus, cuatro pasarán directamente al trabajo agrícola -incluye también atender plantaciones cañeras y de cultivos varios- y uno se destina a la actividad de instrucción de pilotos, paso sin antecedentes en la provincia y que ampliará notablemente las condiciones para ese proceso de aprendizaje.
Los M-18B, también conocidos como dromedarios o camellos, ya han sido explotados, “pero están en buen estado técnico y de conservación, a la vez que son tecnológicamente más avanzados que el tradicional AN-2, de acuerdo con las funciones para las que están diseñados”, expone el directivo.
Una vez realizado el alistamiento de los aviones y los correspondientes trámites para autorizar sus vuelos, “desde mediados de julio entraron dos naves en operaciones y está previsto que las dos restantes inicien el trabajo en lo que queda de mes, por lo que además de mejorar la capacidad de trabajo para respaldar la demanda de la empresa arrocera, la modernización del parque permitirá reducir la sobrexplotación de la dotación actual y utilizar menos en nuestras áreas agrícolas naves de otros territorios”, expresa el ingeniero.
“Entre los de su tipo, este avión es el más productivo que existe en el país y en muchos lugares del mundo -subraya Rolando Almeida Sánchez, asesor técnico- porque es más eficiente, más rápido, consume menos combustible y carga más; por eso, en El Jíbaro, el que gusta es el camello, por esa capacidad de respuesta rápida ante cualquier necesidad del cultivo”.
El trabajo desplegado para armar y alistar los aviones distingue por la rapidez e interrelación entre las áreas de ingeniería, operaciones y aseguramiento; en tanto los pilotos para operar la técnica tienen experiencia y están preparados, a lo que se une la entrada de personal calificado en materias de la aviación, a tono con la política de la ENSA para hacer sostenible la explotación de la flota.
“El país ha priorizado esta arrocera por sus altos niveles de producción y puso aquí los aviones más eficientes; para el año próximo entrarán cuatro naves más, lo que nos llevará a explotar una dotación entre 10 y 12 aviones M-18B, como parte también de la estrategia de la ENSA de concentrar este modelo en la provincia, entre otras razones, por la experiencia adquirida por el personal en la explotación de estos medios”, afirma Maiquel Cabrera.
Según la propia fuente, con la entrada en operaciones de los medios aéreos, la UEB Sancti Spíritus retomará la actividad de extinción de incendios con capacidad para actuar en todo el país, misión que en los últimos tiempos se vio limitada por la carencia de aviones ante la baja respuesta técnica de la actual flota en uso. “Como parte del refuerzo del parque aéreo, la entidad pudiera ampliar su oferta de servicios y el trabajo en función del saneamiento ambiental”, concluye el directivo técnico.
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