Trinidad reclama brazos jóvenes para perpetuar la opulencia de su pasado

Los estudiantes recibirán las herramientas teóricas y prácticas en torno a la enseñanza de oficios tradicionales, imprescindibles en la conservación del patrimonio edificado en la tercera villa cubana.

Ciudad de majestuosas casonas con balcones y ventanas que dibujan caprichosas figuras en madera preciosa o hierro, pinturas murales, plazas y otras reliquias que sobreviven al tiempo gracias a la paciencia de los restauradores; por ello Trinidad reclama brazos jóvenes para perpetuar la opulencia de su pasado.
Con el propósito de garantizar la continuidad de los oficios tradicionales, la Escuela de Restauración Fernando Aguado y Rico de Trinidad desarrolla el proceso de captación de la matrícula para la nueva etapa lectiva.
Entre las especialidades en convocatoria se encuentran albañilería, yesería, carpintería y cerámica, con una larga tradición por estos predios y que hoy devienen labores claves para continuar la preservación y conservación de la ciudad, al borde de su medio milenio.
A partir del venidero septiembre los estudiantes recibirán las herramientas teóricas y prácticas en torno a la enseñanza de oficios tradicionales, imprescindibles en la conservación del patrimonio edificado en la tercera villa cubana.
Este centro, perteneciente a la Oficina del Conservador de la Ciudad y el Valle de los Ingenios, cuenta con aulas, laboratorios y talleres donde los alumnos ponen en práctica las técnicas aprendidas en las distintas especialidades, además de vincularse a la restauración de una obra patrimonial.
Y es que este constituye uno de los principios básicos de la Fernando Aguado: formar desde las propias aulas a los futuros técnicos y obreros comprometidos con la restauración y preservación de Trinidad, la Ciudad Museo del Caribe.

(Tomado de Radio Trinidad)