El ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Elías Jaua, afirmó este viernes que la Organización de Naciones Unidas (ONU) está secuestrada y responsabilizó de ello al «imperialismo», encarnado por Estados Unidos y sus aliados.
Durante su discurso en el 68 periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU, el canciller sudamericano lanzó una incisiva crítica al actual orden político internacional y llegó a plantear que «la paz y la estabilidad del mundo son rehenes en Nueva York» (sede de este organismo multilateral).
Tales afirmaciones llegaron después de exponer ante el auditorio y la opinión pública universal varios cuestionamientos.
Preguntó por qué no se discuten o aplican sanciones en el seno de la ONU contra Estados Unidos, que mantiene un centro de detención ilegal y tortura en Guantánamo, ha confesado actividades de espionaje que alcanzan incluso a jefes de Estado y Gobierno y sostiene un bloqueo económico criminal contra Cuba, desacatando las votaciones de la propia Asamblea General.
«¿Por qué -dijo- no se considera crímenes de lesa humanidad, el uso de aviones no tripulados, los llamados drones, que han ocasionado decenas de miles de víctimas inocentes, incluyendo niños, niñas y ancianos en el Norte de África, en medio Oriente o en regiones de Asia?
Asimismo, el representante venezolano inquirió sobre las razones por las cuales no se cumplen las resoluciones para el establecimiento de un Estado Palestino independiente como salida al conflicto en esa región y se cuestionó por qué el Reino Unido no acepta iniciar negociaciones con Argentina sobre la soberanía de las islas Malvinas.
«¿Será porque la élite de Estado Unidos y algunos de sus aliados son excepcionales?», indagó.
Citó el canciller la Carta de las Naciones Unidas para señalar la incompatibilidad de la actual situación dentro del concierto internacional con el principio de «la igualdad de las naciones grandes y pequeñas».
«La incoherencia que hoy existe entre los nobles ideales alguna vez trazados en nuestra carta fundacional y lo que viene ocurriendo, por acción u omisión, en esta organización, es alarmante», aseveró.
Jaua aludió al caso de Siria y reiteró el rechazo de su gobierno a la postura del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien «con el agravante de ser Premio Nobel de la Paz, amenaza con bombardear a tal o cual país, si no cumplen con sus exigencias unilaterales».
Repudió también el hecho de que «algunos miembros del Consejo de Seguridad (de la ONU)» armen, protejan, auspicien y hasta le permita «dar una conferencia en este recinto» a grupos terroristas -tales como Jubhat al Norsa y Al Qaeda- «camuflados bajo el ropaje de ‘oposición política'».
En cambio, señaló que países como Venezuela, que «han escogido el camino de la profundización de la democracia con un modelo socialista de organización e inclusión popular», son permanentemente asediados, satanizados y perturbados en su estabilidad política y social.
Advirtió Jaua que «el 1984 de (George) Orwell ya está aquí», en referencia a la novela distópica del célebre autor británico y, sobre todo, al sistema de vigilancia global de Estados Unidos, denunciado por el extécnico de la CIA Edward Snowden.
Ante tal panorama, propuso la creación de un ente dentro de la ONU que trabaje para garantizar el derecho de la privacidad de las comunicaciones a nivel internacional.
Igualmente, abogó por un cambio de sede del organismo y -por lo pronto- manifestó que Venezuela se suma a la propuesta del mandatario boliviano, Evo Morales, quien se declaró partidario de un sistema rotativo para las sesiones de la ONU.
Renovó Jaua el compromiso de su país en la lucha contra las armas de destrucción masiva y llamó a voltear la vista hacia los mecanismos multilaterales de Latinoamérica y el Caribe y sus estrategias para fomentar la paz regional y avanzar en la lucha contra la pobreza y el hambre, sin intervenciones castrenses, drones o bloqueos económicos.
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