La patria de Bolívar es víctima de un tétrico plan de la derecha internacional para acabar con la Revolución bolivariana.
De lo que ocurre en Venezuela todos somos testigos. Los cubanos con mayor claridad, pues la prensa de Cuba, sin ser perfecta, enfoca esos problemas con objetividad indiscutible. Allí, en la patria de Bolívar, se desarrolla una guerra de baja intensidad auspiciada por la contrarrevolución y el imperialismo para acabar con la Revolución bolivariana y el proyecto supremo de una América nuestra.
Para nadie debe ser un secreto que los centros de poder mundiales, encabezados por los Estados Unidos, han hecho de Venezuela su objetivo prioritario, quizá por encima de lo que ocurre en Siria, pues en este caso se trata, como ha recordado recientemente el secretario de Estado John Kerry, del “patio trasero” de la república imperial, trayendo a colación la tristemente célebre Doctrina Monroe.
De cierta forma, Washington se lo está jugando todo en América Latina, incluido el surgimiento de una inmensa nación que casi los duplicaría en habitantes y los superaría cerca de dos veces y media en extensión superficial, imponiéndole un comercio justo y equilibrado entre ambas partes.
Tal situación sería sencillamente insoportable para los EE.UU. y sus asociados de la Unión Europea, por cuanto sus economías, hoy muy dependientes entre sí y en medio de una profunda crisis, no están en condiciones de sostener un comercio justo con naciones que consideran inferiores, pero que cuentan con inmensos recursos de biodiversidad, materias primas y energía, siendo a la vez por su peso demográfico un enorme mercado potencial.
La recolonización de América Latina resulta, por tanto, absolutamente vital para Washington y su cohorte otanista, y ese proyecto nefasto empieza precisamente por Venezuela, dueña de las mayores reservas de petróleo y una de las mayores de gas en el mundo. Obligatoriamente por la patria de Bolívar, porque fue este país y su líder Hugo Chávez quienes iniciaron el movimiento de unidad e integración continental que ahora continúa bajo el liderazgo de Nicolás Maduro.
Con tales motivaciones, es más fácil entender lo que ha venido ocurriendo en Venezuela en los últimos meses. Con diseño de conocidas fundaciones estadounidenses y sus tanques pensantes, fue delineada toda una estrategia desestabilizadora para devolver el poder político a la oligarquía nativa, que ha conservado los poderes económico y mediático, y que siempre se ha comportado servil hacia sus tutores del Norte.
Esa internacional de derecha ha asesorado al candidato de la oposición, Henrique Capriles Radonski y a su comando de campaña en la aplicación de la estrategia desestabilizadora encaminada a revertir el patrón electoral que le fue adverso el 7 de octubre en más de millón y medio de sufragios, para ganar en las urnas el 14 de abril por medio de la captación del voto chavista y el de los apáticos que se abstienen.
Más allá de la especulación de Capriles en torno a la evolución de la enfermedad del Presidente Chávez y su ulterior deceso, algo realmente ruin y repugnante, ellos tuvieron en todo momento un plan B para aplicar en el caso de que no obtuvieran la victoria en los recientes comicios, aunque hay que decir que lo hicieron todo -lícito e ilícito- para imponerse, como el saboteo a la alimentación del pueblo y al sistema eléctrico, y las campañas de calumnias y desinformación galopantes.
Ese plan B consistía en lo que los periodistas Renán Vega Cantor y Stella Calloni han llamado el proyecto de una “revolución de colores” para Venezuela, como las desarrolladas en su momento con éxito en Checoslovaquia (1989), Servia (2000), Georgia (2003), Ucrania (2004) y Kirguistán (2005), así como en Libia y Siria, donde los colores se han resumido en uno solo: el rojo de la sangre de una guerra inducida.
De ese plan macabro, esta vez para un cambio forzado de régimen por la vía electoral, que se inició con el tan denunciado proyecto de desconocer los resultados de la votación si estos les eran adversos, ha sido víctima Venezuela.
La situación provocada por la derecha vestida de demócrata es tergiversada y difundida a todo el mundo por los emporios de la desinformación, y a partir de ahí la llamada comunidad internacional compuesta por los EE.UU. y sus siervos, la emprenden contra el país agredido con amenazas y medidas concretas de asfixia económica, lo que puede desembocar en una guerra civil abierta.
Eso es precisamente lo que ahora ocurre en Siria. Ante un panorama tal, solo cabe responder con unidad, inteligencia y firmeza, teniendo siempre presente el axioma leninista de que una revolución solo es creíble y digna en la medida en que es capaz de defenderse.
Es bien conocido que la derecha se encuentras vestidas con el disfraz del imperialismo vulgar grosero y provocador con claros objetivos pero a pesar de sus injustos reclamos tratan provocar otra tragedia para el continente que mal auguro va a terminal la OPOSICION y muchos de sus secuaces en fosas comunes por su pura irresponsabilidad que le convierte en asesinos a sueldo peor aun mercenarios mal pagos que en realidad no saben que a de suceder si sucede lo inesperado que por su pues no se a de convertirse en realidad por lo que da pena que parte del pueblo que son los secuaces descontentos sin banderas pero son pertenecientes a los humildes pero no se imaginan la pesadilla que les espera con un putrefacto gobierno pro-imperialista pues el imperialismo en minuto los va a neutralizar pues el imperialismo no tiene amigos y a los perezoso traidores que ahora les sirven solo les va dar cabida dentro de las prisiones pues de esa forma paga el imperialismo a sus sumiso y servidumbre castigo que repiten a lo largo de la historia a todos sus desvergonzado que por dinero les venden el alma al diablo que es el imperialismo norteamericano pues para comer con ellos tienen que tener un tenedor mas grande que el diablo y los sumiso miembros de la OPOSICION solo comen con las manos no comen con tenedor ahora me pregunto no entiendo como no le quitan las licencias a los medios des-informativos que de forma integrar se encuentran incitando a la violencia ciudadana que andan creando el caos mintiendo para difamar en contra de forma injusta de la REVOLUCION bolivariana venezolana ya que tienen un enorme odio y rencor no aceptables pues esos medios des-informativos no quieren a nadie solo al dinero sin importarles nada como si proviene una masacre provocada por sus injustas mentiras chismes y brete en contra del presidente NICOLAS MADURO de suceder un echo letal es pura responsabilidad de todos los medios des-informativos de prensa que para nada son incautos solo son asesinos des-informadores y mucho mas culpable que la propia derecha anti-venezolana otra pregunta que me hago venezuela no puede pedir ayuda a sus amigos o naciones hermanas como lo es RUSIA Y CHINA?. Lazaro izquierdo