El Centro de Promoción Cultural de la Oficina del Conservador propone excelentes opciones para estos días estivales.
Hasta los sitios históricos y patrimoniales en la ciudad de Trinidad y su Valle de los Ingenios llegan las rutas de verano que la Oficina del Conservador a través de su Centro de Promoción Cultural propone como excelente opción para estos días estivales.
Así los gestores de la idea han organizado diversos recorridos por líneas temáticas que invitan a la familia a adentrarse en la arquitectura y la historia local, las tradiciones culturales, además de la arqueología con la visita a las casas hacienda Guáimaro y San Isidro de los Destiladeros, entre los lugares más pintorescos de la vasta llanura.
Otra de las propuestas, con sede en la antigua casona de Amargura 85, en el mismo centro histórico, también se ha ganado desde su premier el favor de los infantes trinitarios como Miguel Alberto Espino, entre los iniciadores de la Ruta Joven, que desde las artes plásticas cultiva el amor por la ciudad.
“Me acerqué a este taller para conocer más de las técnicas de pintura que antes había aprendido en la escuela con el instructor de arte; quiero dibujar algunos lugares que me gustan mucho como el parque, la iglesia y la Torre de Manaca Iznaga” y contagia con su entusiasmo al resto de sus amiguitos.
La propuesta, una versión muy local del ya famoso proyecto Rutas y Andares de la Oficina del Historiador de La Habana, deberá madurar en organización y participación de los vacacionistas que tienen una oportunidad ideal para asomarse a los encantos de la villa a las puertas de su medio milenio y mejorar el proyecto, que involucra según precisa la directora del Centro de Promoción, Yeni Medina, a la red de Oficinas del país.
“Estamos promocionando algunos de estos recorridos de otras villas cubanas como Cienfuegos y la Habana, y ellos también las nuestras. La idea es unir todas estas propuestas dirigidas a la comunidad, con la intención de sumar brazos y corazones a la preservación de nuestro legado cultural.”
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