En lo que va de año, la Empresa Eléctrica de Sancti Spíritus ha cambiado 3 437 metrocontadores, 498 defectuosos en el mes de febrero.
Historias como la de Hortensia Díaz parecen poco creíbles a pesar de presentarse, mes tras mes, inconsistencias en el cobro de la tarifa eléctrica que, unidas, suman billetes. “En casa vivimos mi hija y yo, cocino con petróleo y solo utilizo la olla arrocera, dos ventiladores y el televisor, pero tras el cambio del metrocontador subió la tarifa hasta 400 pesos. Ese dinero no me lo repuso la empresa, me dijeron que me lo descontaban poco a poco de los otros gastos”.
Similares preocupaciones vieron la luz en el más reciente programa Debate público, donde la afirmación por parte de los directivos de la Empresa Eléctrica en Sancti Spíritus reforzó las dudas acerca de la credibilidad en los datos que ofrecen algunos lectores-cobradores.
“Sí, es posible que haya errores. Nosotros tenemos en esta provincia un poco más de 180 000 clientes que leen todos los meses y puede ser que en su lectura un cobrador nuestro cometa un desliz a la hora de visualizar los números y lleve la lectura al equipo que trae consigo, puede pasar, por eso es importante que la población haga la autolectura diaria”, admite Armando Cepero Hernández, director general de la Empresa Eléctrica en Sancti Spíritus.
El criterio de quienes contabilizan el consumo coincide en que el margen de error está fundamentalmente en el factor humano y depende del hombre. De igual modo concuerdan en que la culpa de los equipos, amén de los años de explotación, es mínima, sin descontar que todo metrocontador, como cualquier unidad eléctrica, puede tener desperfectos.
“Muchas veces sé cuándo me equivoco por lo que da la lectura —asegura el lector-cobrador Ángel Avilés—. Cada uno de nosotros va conociendo su ruta y cada zona. Si paso leyendo y tengo referencias de que la persona no estuvo y los números me dan altos, hay que revisar porque puse 8 en lugar de 6, dígitos que tienden a confundirse”.
A pesar de que ya los cobradores vienen con el “aparatico” que recoge la lectura, y está demostrado que ese número se introduce en una máquina y no existe la posibilidad de que el dinero de los clientes pase al bolsillo del trabajador eléctrico, la entidad resulta una organización primaria en cuanto al sistema de lectura y cobro porque, ¿cómo se explica entonces que de las 790 quejas recibidas en el mes de febrero por ese concepto, el 1,4 por ciento tuviera razón?
Por otra parte, está estipulado que el afectado tiene derecho a reclamar y, de ser efectiva su demanda, se le devuelva el dinero siempre que la establezca antes de que se venza el recibo. “Si la equivocación fue en el cuarto dígito y la cuenta es muy grande, se le vuelve a facturar de manera correcta, aunque la entidad está en la obligación de devolver el dinero y, si se repite, el lector puede ser sancionado”, aclara Armando.
Según los entendidos, el margen de error en nuestra provincia está por debajo de lo planificado, pero al fin y al cabo son pifias que cuestan caro, y si bien son reprochables las múltiples ilegalidades por parte de la población al manipular los metro-contadores a fin de alterar la cuantía del consumo, resulta negativa y de ningún modo justificada la vulnerabilidad a la que se expone al pueblo por equivocaciones en la lectura y también por falta de cuidado del lector. Un gazapo eléctrico cuyo costo sobrepasa los 200 y 300 pesos resulta intolerable, sobre todo si se trata de viviendas pequeñas donde habitan personas de bajos ingresos.
Cierto que existe la posibilidad de reclamar; pero, ¿qué trabajador medio tiene al momento 300 o 400 pesos para pagar una tarifa equivocada a riesgo de quedar en quiebra para el resto del mes? Esto empaña la labor de la Empresa Eléctrica y desfonda el bolsillo del consumidor que en el lleva y trae para la devolución pierde más dinero y parte de su tiempo.
La Empresa Eléctrica espirituana, no obstante, figura entre las de mejores resultados en el país y no se cruza de brazos, ya que en lo que va de año se han cambiado 3 437 metrocontadores, 498 defectuosos en el mes de febrero y más de 1 600 analógicos por digitales.
Pero mientras quede una inconformidad como la de Hortensia Díaz, habrá que seguir trabajando por una mayor calidad de estos servicios que resultan vitales para la población y en los que una equivocación puede costar muy caro.
No solo es el caso de Hortensia, existen otros donde cada vez va aumentando el costo del servicio electrico, sin que existan nuevos gastos por nuevos equipos o situaciones y a pesar de que se manifiesta inconformidad con los afectados, la empresa dice que no hay problemas , y donde se puede ir a reclamar una y otra vez cuando a las claras se ve que hay algún error?
LAS TARIFAS SON ALTAS PARA EL INGRESO PROMEDIO DEL CUBANO Y PARA LA CALIDAD DEL SERVICIO QUE PRESTAN, SI A ESO LE SUMAMOS LOS ERRORES…