En la planta de derivados de Tuinucú se acomete el programa de mejoramiento tecnológico más amplio de los últimos tiempos
Por segundo año consecutivo la Unidad Empresarial de Base (UEB) Derivados Melanio Hernández, enclavada en Tuinucú, enmarca su proceso productivo dentro del esquema de trabajo definido por el Grupo Azcuba para estas instalaciones: producir durante 11 meses y destinar el otro período del año al alistamiento de la fábrica con vistas a la siguiente arrancada en enero.
Bajo esa estrategia la planta de derivados —elabora alcoholes, rones, gas carbónico y levadura saccharomyce— entró a inicios de diciembre en el proceso inversionista más abarcador de las últimas décadas, el cual extiende su alcance a las principales áreas de la industria con un respaldo en valores cercano al millón y medio de pesos entre ambas monedas.
“Tenemos que trabajar prácticamente sin descanso para en tan corto período realizar los mantenimientos y las inversiones previstas, dos de ellas principales para mejorar los procesos tecnológicos y energéticos, porque está concebido reiniciar la producción el próximo mes cuando el central Melanio Hernández comience la zafra y se active la entrega de vapor a la planta”, explica Iser Nerei Calvo, especialista de Mantenimiento en la UEB.
Entre las transformaciones más relevantes aparece el desmontaje de la columna destiladora para sustituir los platos interiores, componente donde se despoja la miel fermentada del alcohol, y es un trabajo no acometido desde 1986, detalla la ingeniera Química Aleida Martínez Valdivia, especialista de la fábrica.
La otra inversión importante y asumida en su parte técnica por fuerzas del sector azucarero de la provincia de Santiago de Cuba
—define la ingeniera— consiste en la sustitución completa del sistema de combustión de la caldera de 25 toneladas, instalada en 1993, en la que se prevé montar un sistema de quemador nuevo, beneficio que presupone mayor eficiencia y estabilidad energética.
El laboratorio de la ronera se favorece con la entrada de modernos equipos como el Cromatógrafo —analiza la composición química de la materia prima y el producto final—, trabajos que forman parte de la implementación del sistema de calidad para aspirar a la certificación del proceso del ron Santero, precisa Aleida Martínez.
Dentro del cronograma inversionista aparece ampliar la capacidad de suministro de gas carbónico desde los fermentadores hasta esa planta a fin de estabilizar dicha producción, todavía por debajo del potencial, y también se incluye la construcción de la red contra incendio, proyecto a cargo de SEISA (Servicio de Seguridad Integral SA), un adelanto tecnológico que brindará mayor alcance a la protección de la fábrica, subraya la especialista Iser Nerei.
Al colectivo de la industria le corresponde además realizar labores de mantenimiento y reparación en componentes esenciales como las bombas, las válvulas, la parte eléctrica, calibración y verificación de equipos y en el frente de la automatización.
La UEB Derivados reportó al término de noviembre una producción de alcohol, renglón de mayor rango productivo y de reconocida calidad, en el orden de los 157 000 hectolitros —un 10 por ciento por encima del plan— con destino a la economía interna, la exportación y la elaboración de rones de diversos tipos.
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