En el 2014 Sancti Spíritus planifica instalar, bajo el patrocinio de la Empresa Porcina, la ANAP y otras instancias, alrededor de 300 biodigestores, mayoritariamente en el sector cooperativo y campesino.
Mucho tiempo ha pasado desde la aparición del primer biogás a partir del manejo de los residuales orgánicos, uno de los tantos empeños humanos para evitar la contaminación del medio ambiente y explotar otras ventajas derivadas de ese procedimiento denominado digestión anaerobia —sin oxígeno— para procesar y tratar residuos y excretas.
Pese a la demostrada valía de aquellos primeros emplazamientos, el método no encontró en la geografía espirituana toda la irradiación que sus defensores promulgaban. En los últimos años el uso del biogás ha pasado a primer plano, no solo porque creció el interés individual e institucional, sino también porque el país lo sitúa entre las alternativas esenciales de cara a minimizar la emisión de gases de efecto invernadero, la contaminación de los recursos hídricos, su empleo como combustible para generar electricidad y en la cocción de alimentos.
Pude afirmarse que al biogás le llegó su hora en Sancti Spíritus y en el 2014 el territorio planifica instalar bajo el patrocinio de la Empresa Porcina, la ANAP y otras instancias, alrededor de 300 biodigestores, mayoritariamente en el sector cooperativo y campesino, bases productivas principales en las crianzas vacunas y porcinas.
Esa cifra es apreciable si consideramos que según datos de la entidad porcina, actualmente la provincia reúne 735 criadores de cerdos con convenios de 50 cabezas o más, espacios donde existen mayores garantías para el montaje del biodigestor a raíz del volumen de residuales que genera.
La evidente masificación del uso del biogás como parte de la política estatal para proteger el medio ambiente y acudir al empleo de las fuentes renovables de energía revela en el territorio un marcado interés en aras de reducir la contaminación en la cuenca hidrográfica del río Zaza, entre las más importantes de la isla.
Tanto es así que la entidad porcina en Sancti Spíritus planifica construir en el presente año 252 biodigestores —la mayor cifra dentro del sector en el país— y más de la mitad se localiza en ese maltratado y protegido escenario.
Néstor Álvarez, especialista de la Unidad de Medio Ambiente, expone que si bien los sistemas de tratamiento de residuales compuestos por decantador y lagunas son funcionales, con el biogás se persigue también cerrar el ciclo energético y recuperar una parte de la energía que el país utiliza en la elaboración de la base alimentaria para la cría de cerdos.
A las ventajas de que en las viviendas y otras instalaciones aledañas a los biodigestores se sustituya para la cocción de alimentos la electricidad por el gas metano obtenido de ese proceso de degradación, al ahorro de combustible y al propio beneficio social, se unen la disminución de la emisiones del dañino gas a la atmósfera, a la vez que se abre la posibilidad de volver a usar el líquido final derivado del proceso con fines de fertilización y riego.
Según estudios, las excretas porcinas pueden demorar hasta 20 años en descomponerse en condiciones naturales, de ahí la validez y necesidad del tratamiento de ese residual, considerado la principal carga contaminante que genera la Agricultura.
La extensión del uso del biogás va acompañada de avances tecnológicos y por primera vez en la provincia se instalan biodigestores de geomembrana de PVC —Poli Vinil Cloruro— como parte de un programa de donaciones del Fondo Mundial del Medio Ambiente, que prevé colocar 130 emplazamientos de ese tipo, 44 en Sancti Spíritus y el resto entre las provincias de Cienfuegos, Villa Clara y Ciego de Ávila.
De acuerdo con Osmani Pérez, coordinador de proyectos en la organización campesina espirituana, este programa se asienta en productores de Cabaiguán, Banao, Guasimal y Las Nuevas. La tecnología de la geomembrana de PVC, de reconocida eficiencia, tiene a su favor la economía de recursos y su bajo costo; aunque la durabilidad estimada por el fabricante —unos cinco años— ha llevado que, a la hora de montarse, se apliquen alternativas de sombra a fin de alargar la vida útil del material tubular.
La mayor parte de los biodigestores a instalarse este año a través del programa porcino son los conocidos como de cúpula fija, cuyo costo ronda los 40 000 pesos y demandan una apreciable cantidad de materiales de la construcción, recursos necesarios para edificar viviendas y otras obras. De ahí que para próximas etapas se pronostiquen mayores perspectivas a los biodigestores de geomembrana, al punto que la intención del país es fabricar internamente estos componentes y suprimir la importación.
Eduardo Álvarez, presidente de la cooperativa Alfredo López Brito, en Cabaiguán, defiende el biogás desde el ejemplo personal: “Con el biodigestor de PVC se acabaron las moscas y el mal olor en la casa, llevo un mes con él y ya bajé en 20 pesos el gasto eléctrico, es una inversión que amerita hacerse y da resultado; haría falta facilitar el acceso a los equipos que puedan funcionar con el gas metano y el ahorro de corriente sería mayor”.
Las lagunas de residuales han sido una solución, pero a nivel de país se define al biogás como la alternativa más eficiente para el tratamiento de las excretas porcinas, afirma el funcionario anapista, quien agrega que una vez instalado el biodigestor es obligado quemar ese gas metano, porque entonces el daño a la atmósfera pudiera ser mayor que si emanara desde las lagunas.
Amigos, a todos los interesados en el tema de Bioenergía(BIOGAS), Pueden dirigirse al sitio http://porcino.cubava.cu para obtener ayuda sobre el tema, y mucho mas.
Saludos
WISIN
En el articulo se plantea que un biodigestor de cupula fija cuesta 40000 pesos pero no especifican el volumen, pero la cuestion es que para la instalacion de un biodigestor es necesario un estudio previo del lugar, con que objetivo se hace el biodigestor, cual es la demanda de biogás, entre otros muchos aspectos que hay que tener en cuenta, los cuales determinaran que tipo de biodigestor es mas factible instalar y no solamente guiarse que se estan gastando materiales para la construccion de viviendas, porque tambien se pudiera decir que el costo de los biodigestores de polietileno o geomembrana cuestan alrededor de los 600 dolares que tambien se pudiera utilizar este dinero para la construccion de viviendas, ademas le puedo decir que un biodigestor de de cupula fija con 42 m3 de capacidad puede hacer lo que es realidad hoy en la Comunidad El Colorado que estoy seguro que ningun biodigestor de polietileno lo puede lograr, espero que sigan indagando en el tema para poder dar a conocer la pura realidad y no lo que dicen algunos especialistas, Muchas Gracias.
Al referirse a la cuenca del Zaza el periodista escribió «maltratada y protegida» Supongo que quiera decir que en realidad nunca se protegió.Observen las margenes del Yayabo,afluente del Zaza y podrá apreciarse como se destruye un ecosistema desde su nacimiento hasta su desembocadura