Escambray acoge las precisiones técnicas minuciosamente detalladas por la dirección de Alastor y saluda el interés común de incentivar el empleo de las fuentes renovables de energía.
En desacuerdo con el trabajo “Burocracia, ¿renovable?” publicado por este órgano de prensa el 12 de abril del 2014 y “amparada —según alega— en las garantías que me confiere la Constitución de la República”, escribe a Escambray Dihadenys Pérez González, directora de la Empresa de Calderas Alastor, de Sancti Spíritus.
El texto motivo de discordia hacía referencia a las trabas que aún limitan el adecuado uso de la energía renovable en la provincia, una apreciación en torno a la que, lamentablemente, parece haber consenso. Pérez González disiente, sin embargo, del tratamiento dado por el semanario específicamente a la empresa que dirige, una de las cuatro relacionadas en el trabajo periodístico. Su posición la deja clara en la misiva cuando hace constar lo siguiente:
“Primero: Que nos mostramos inconformes con lo manifestado en el párrafo octavo, en el que se expone que ‘también existen sistemas de calentamiento en instituciones educativas a los cuales no se les ha terminado el montaje por falta de recursos: dos en Trinidad, dos en la cabecera provincial y uno en Yaguajay’; cuando lo que se alegara en la reunión sobre la energía renovable en Sancti Spíritus fue que los círculos infantiles a los que no se les ha terminado el montaje, que se le efectuara por esfuerzo propio de Educación; no son responsabilidad de nuestra entidad, pues no los tiene censados en su universo de calentadores solares, al no haber sido adquiridos ni montados a través de esta. De otra parte, nunca se les ha realizado ninguna acción, atendiendo a que no se les ha aprobado por parte de su organismo presupuesto para ser atendidos. Además, debemos precisar que las instituciones que se encuentran en esta situación no son cinco sino tres: uno en Yaguajay, con un calentador solar; uno en Trinidad, con dos calentadores solares, y uno en la cabecera provincial, con un calentador solar.
“Segundo: Que igualmente nos mostramos inconformes con lo referido en el párrafo décimo, en el que el periodista alega que ‘constituye una afrenta —con tantas necesidades sociales, díganse centros hospitalarios y asilos de ancianos— que Alastor espere hoy por un presupuesto para la puesta en marcha de más de 30 nuevos calentadores solares asignados a Sancti Spíritus desde el año pasado y que duermen, como los paneles, la siesta del almacén’. Lo anterior, debido a que en la mentada reunión lo que se solicitó fue la elaboración por parte de la Dirección de Economía y Planificación de Sancti Spíritus de una evidencia documental que acreditara que el Consejo de la Administración Provincial (CAP) contaba con el presupuesto en inversiones del 2014 para 36 calentadores solares, los que serían importados por el país de ser positiva la respuesta, los que no estaban destinados a ningún organismo ya que en ese supuesto correspondería al CAP distribuirlos y a nuestra empresa acometer la inversión (…).
“De otra parte, los 36 calentadores solares no corresponden a inversiones del año 2013, ya que la intención de la inversión se hace para este año. De lo anterior se deriva que estos no se encuentran durmiendo la siesta del almacén, pues no existen ni en nuestra entidad ni en el país, por lo que por este año no van a ser importados ni montados.
“Tercero: Que resulta necesario esclarecer que la Empresa de Calderas Alastor de Sancti Spíritus siempre debe esperar por la aprobación de los presupuestos de los organismos a sus entidades. Al ser prestadores de servicios, trabajamos en función del marco de importación de lo que el país priorice, son nuestros clientes los que deben defender sus presupuestos para posteriormente ser ejecutados por nosotros”.
Adjunto a la carta de Pérez González, el documento rubricado por la Dirección Provincial de Economía y Planificación da fe de que “en el plan de inversiones para el 2014 de las entidades de subordinación local (CAP, Sancti Spíritus) no existe presupuesto aprobado para el montaje de 36 calentadores solares”; una determinación que demuestra no solo la escasez de recursos para enfrentar la inversión, sino también la tesis misma del trabajo “Burocracia, ¿renovable?”: pese a la urgencia de emplear nuevas fuentes de energía, no todas las entidades y administraciones priorizan el asunto a la hora de gestionar sus presupuestos.
Escambray acoge las precisiones técnicas minuciosamente detalladas por la dirección de Alastor y saluda el interés común de incentivar el empleo de las fuentes renovables de energía, un empeño que, no obstante y hasta donde sabe este órgano, no constituye finca exclusiva de una sola empresa.
La burocracia, las justificaciones, la ineficiencia, la ineficacia, creo que todo esta estrechamente ligado entre si, cuando el pais deje de establecer planes para un una empresa y la obligue a ser eficiente, no estaran esperando en un almacen, los recursos o los equipos, son cosas que en cuba nos estan acabando poco a poco, no tenemos ni idea de que cosa significa ser responsable, no se puede ser conformista con lo que se tiene, que es muy poco con relacion a lo que se pudiera tener si el pensamiento y actuar de los cubanos fuera bien distinto y responsable.
La burocracia, nos corroe a todos los niveles, y afecta mucho al incremento del uso de las Fuentes Renovables de Energía es decir de aprovechar el abundante y barato sol, nuestros vientos, la fuerza que nos brinda el agua, las diferentes escretas, la eficiencia energética….somos muy buenos dando tequese y diciendo que si a todos aunque no hagamos nada después….no comparto la idea de criticar a un periodista o a la prensa por reflejar opiniones criticas, esto es necesario….
Considero justo que la directora de Alastor exprese sus criterios técnicos sobre el asunto, tan técnicos que solo ella y sus asesores podrán comprender la aclaración, porque lo que soy yo leí «Burocracia, ¿renovable?» y quedé satisfecho. No tengo dudas que en torno al tema existe una burocracia que indudablemente se renueva. Lo que se rectifica, que si en vez de cinco eran tres y que el presupuesto no era de Alastor, sino de fulano o mengano no hace más que confirmarme la soberana burucracia que sigue creciendo en las narices de todos y seguramente también en las de Alastor. Saludos.
Es indudable que el periódico metió el delicado e hizo un pésimo trabajo investigativo y en vez de usar como excusa una frase sin sentido, debieron pedir disculpa a los criticados injustamente y a los lectores por información errónea si es que aspiran a ser un medio con un mínimo de credibilidad.