La joven trovadora fomentense Wendy Martínez se entrega por entero a la canción.
Porque estremece el espíritu y los acordes sobrecogen el alma; porque lo vive con cada nota vocal que afina y cada verso que deja escapar, porque sus interpretaciones resultan como el tímido roce de un beso enamorado en una noche fría de clima y cálida de corazón…
¿Quién es esta muchacha que no llega aún a las dos décadas de vida y ya desgaja tanto sentimiento a través de su arte? Escambray la presenta sin lastres terrenales, solo con la guitarra y decenas de canciones, que arranca de las cuerdas como si su existencia dependiera de ello.
“La música estuvo conmigo desde niña. Quizás desde esa edad me impresionaba la idea de una mujer tocando guitarra, una mujer sola frente al público, moviendo los pensamientos, las experiencias de los presentes en una descarga de sonidos. Siempre me gustó la idea de ser trovadora”.
Mas, la gracia de Wendy Martínez le viene, además de su genética indiscutiblemente artística, de la pasión y el empeño con la música: una amiga que soñó conquistar desde muy niña.
“Cuando tenía tres años mi papá fue a Colombia y le pedí que me trajera una guitarra. No pudo ser, pero me trajo un piano de juguete y me divertí mucho dando conciertos. Por supuesto, era todo un juego, sin embargo algo me fue atrapando”.
A ella, como a todos los jóvenes, la cortejan los sueños. Oníricos retazos de destino que encauzan sus pasos. Desde la Enseñanza Primaria uno de ellos fue dominar el instrumento.
“En cuarto grado comencé a tocar guitarra. El profesor venía a la casa y me impartía las clases, pero llegó un momento en el que se volvieron monótonas y decidí dejarlas. Entonces continué de forma autodidacta. Yo estaba también en el coro de la iglesia católica, y allí aprendía mucho”.
Collares de semillas alrededor del cuello, una boina de medio lado sobre su cabellera y el entusiasmo que contagia vienen a rellenar su personalidad fresca, de la que puedes esperar cualquier canción de Silvio, Pablo o Gracias a la vida, de la chilena Violeta Parra.
“Desde chiquita mis ídolos fueron guitarristas y al estar cerca de mi papá y la literatura siempre me interesó el arte. Incluso escribí muchos poemas. Eso sí, desde que empecé a componer, cuando estaba en la secundaria básica, más ninguno ha servido”.
Porque con sus acciones no busca la gloria, sino simplemente “pasar un buen rato”, en esta novel artista espirituana florece la modestia. La primera canción compuesta la interpretó en público durante una actividad en la Biblioteca Municipal de Fomento. Su padre, el escritor Ángel Martínez Niubó, alzó el oído más de lo acostumbrado.
“Cuando la presenté no dije de quién era, solo dejé que las personas la escucharan y me detuve a ver sus reacciones. Él se acercó a mí y le tuve que decir la verdad. Se trataba de Me negaras, una de mis canciones más vivenciales”.
Y como los antiguos rapsodas, clama cada día por otros lugares donde presentarse; no importa si tiene que escalar las montañas del Escambray que envuelve a su pueblo. Por eso y mucho más son las líneas para este espíritu incansable y bonachón, con un alma exacta de seis cuerdas.
wendy, ahora leimos tu entrevista, wow. No se equivocan. vas atriunfar en la musica, eres brillante. y sí, tu voz es tan bella como tu rostro. sigue regalando tu musica y tus buenos sentimientos. vas a ser grande (perdon, ya lo eres) éxitos muchacha. desde Santa Clara se te quiere y se te extraña.
eres buena, muchacha, tu voz y tu carisma… y esa alma limpia te llevarán lejos. le pones bomba, sentimiento… alma… y eso eres… un alma exacta de 6 cuerdas
Si su voz es tan bella como su rostro sera una estrella…
Wendy, muchas felicidades.
Soy fomentense y conozco a tu familia.
Muchos éxitos! Vas a triunfar.
linda muchacha nunca la he oido pero si tiene calidad debe triunfar en la musica