El ministro argentino de Economía, Axel Kicillof, abogó este lunes ante un mediador de la Justicia estadounidense por reponer una medida cautelar para dejar en suspenso el fallo del juez Thomas Griesa sobre los fondos buitre.
Según el parte del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, Kicillof dialogó durante casi cuatro horas en Nueva York, Estados Unidos, con el abogado Daniel Pollack -designado por Griesa- y reiteró la voluntad de su gobierno para «seguir dialogando para asegurar condiciones justas, equitativas y legales» para todos los bonistas.
El titular argentino expuso en la cita «el origen de los títulos de deuda en discusión (megacanje), las causas del default de 2001 y las numerosas y efectivas medidas que se tomaron desde 2003 a la fecha para normalizar las relaciones financieras internacionales del país».
«Se dejó en claro -asegura el comunicado oficial- que la sentencia de Griesa, tal cual se interpreta, sería de imposible cumplimiento; que reponer el stay sería necesario ya que el caso involucra no sólo a los litigantes, sino que también se podría extender a todos aquellos bonos que no ingresaron a los canjesâ��».
Las autoridades argentinas insistieron en que de cumplirse el fallo del juez norteamericano se obstaculizaría «el cobro a los tenedores de los canjes 2005 y 2010».
Este lunes, el jefe de Gabinete argentino, Jorge Capitanich, dijo que no existe atribución alguna por parte de un juez norteamericano para impedir el pago a los bonistas (92,4 por ciento) que aceptaron renegociar la deuda soberana.
Capitanich señaló en rueda de prensa que el Ejecutivo decidió publicar una notificación a los acreedores que aceptaron reestructurar la deuda en 2005 y 2006 para dejar clara su voluntad de cumplir con los compromisos contraídos.
Dicha nota, según el funcionario, forma parte de las acciones para «evitar maniobras» del sistema judicial norteamericano, que condiciona dicho pago -con la decisión de Griesa- al previo cumplimiento por parte del gobierno argentino de la sentencia que obliga a abonar unos mil 500 millones de dólares a los fondos buitre.
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