Desde que en la mañana del martes se enterrara la última de las evidencias arqueológicas halladas surgen nuevas incógnitas sobre el destino de la plaza cívica.
Desde este miércoles 2 de abril el corazón de la ciudad de Sancti Spíritus nuevamente va tomando forma, con árboles de menos y relleno de más. Pero en el propio momento en que el pasado martes quedó bajo tierra la más profunda de las estructuras excavadas en el último mes volvieron a multiplicarse las interrogantes.
¿No habían dicho que dejarían huellas de los hallazgos?, ¿Y para qué tanta búsqueda si al final lo taparon todo? ¿Cómo será eso de la función museográfica en un parque donde ya no hay vestigios de nada de lo que se encontró bajo sus cimientos?, son algunas de las preguntas que se hace la gente. Algunas personas hasta se muestran tristes por la debacle que supuestamente no sirvió de nada, por los camiones de tierra casi encima de los arqueólogos, por la escalera cuyo último peldaño quedó limpio diez minutos antes de que la sepultaran.
“¿De qué cambio me habla? todo se mantiene como se había previsto”, declara ante la embestida periodística Roberto Vitlloch Fernández, arquitecto y director de la Oficina de Monumentos y Sitios Históricos del Centro provincial de Patrimonio. Según su parecer, no existe contradicción entre lo que ya se dijo y lo que se ha hecho. Pero él, sin dudas, tiene respuestas que el espirituano común desconoce.
“Días atrás le solicitamos una orientación al historiador de la ciudad de La Habana, Eusebio Leal, relativa a la adquisición del alumbrado subterráneo y del material transparente que debe cubrir esa huella, la que ya se había determinado dejar abierta. En ambos casos se trata de renglones muy específicos y sin duda costosos. Él nos comentó que en estos instantes tal empeño resulta imposible, ya que son recursos que se adquieren fuera del país y nunca estarían aquí antes de la fecha señalada, por lo que recomendó tapar la cavidad sin afectar el trabajo realizado y preservarla para fechas posteriores”.
Según Vitlloch, la decisión fue rellenar la estructura con un material ligero (arena) y ponerle por encima una losa de concreto, con el objetivo de protegerla sin riesgo de que se pierda hasta tanto se pueda ejecutar la idea definitiva.
También bajo ese criterio, dijo, se rescatará la bóveda que quedó bajo tierra el viernes anterior en el borde del parque cercano a la tienda Paraíso Infantil, que finalmente se determinó fuera otro de los testigos arqueológicos para la posteridad dada la relevancia de algunas evidencias encontradas allí a última hora.
De ese modo, no llegó a conocerse el uso de la cavidad cuyo primer elemento al descubierto fue una arcada de ladrillos, que atrajo la atención de miles de personas hasta el momento en que fue enterrada debido a su gran profundidad, lo interesante de su estructura y al hecho de haber encontrado allí numerosos materiales, incluida agua.
Orlando Álvarez de la Paz, especialista en Arqueología del Centro Provincial de Patrimonio, declaró: “El lugar tiene una capa todavía de por lo menos metro y pico de relleno hacia abajo que no se llegó a retirar, nosotros el lunes en la tarde pudimos avanzar a una profundidad de casi cuatro metros en una porción de 50 centímetros de ancho por un metro de largo y bajamos hasta el firme, donde lo que hay es granodiorita, la roca del sedimento básico de la ciudad.
Encontramos allí un perfil arqueológico muy rico en elementos, que pueden datar de por lo menos el año 1700. Hay evidencias anteriores incluso, como una vasija del material denominado México pintado de rojo, que data del siglo XVI y estaba completa; fragmentos de botellas y botellones de cristal, un porta-velas, plato de mayólica, macetas y una especie de palangana de cerámica”.
De acuerdo con las declaraciones del también integrante del grupo Samá, perteneciente a la Sociedad Espeleológica de Cuba, respecto a la preservación de las huellas existe un nivel de compromiso entre especialistas y autoridades locales. “No queremos que quede solo en la palabra, sino que sea un pacto firmado para que pueda luego concretarse su cumplimiento”.
Sin embargo los comienzos no han sido muy felices.“Ya se intervino con una retroexcavadora encima de la bóveda mientras laboraban para la colocación de una farola y se afectó la parte superior de un nicho. También hablamos ayer de que, una vez tapada, se le diera pisón en un solo sentido a la estructura de frente al hotel Perla para que no se rompiera el arco y se le dio pisón en varios sentidos, es probable que el arco se haya roto, aunque él queda allí y se puede restaurar. Por eso propusimos a la dirección del Centro Provincial de Patrimonio que hubiera un representante nuestro a pie de obra, para que vele por que se haga lo acordado, es decir, no dañar lo cubierto y eso se entendió”.
Según Álvarez de la Paz, una vez concluidos el apisonamiento y la nivelación del parque se procederá a descubrir las estructuras (en este caso los muros que ya se han detallado anteriormente), cuyas huellas quedarán al relieve en la forma en que se decida antes de que se eche el pavimento. “Todavía estamos ante la disyuntiva de si dejar constancia de esas huellas de forma texturizada o mediante el empleo de algún tipo de pintura. Si no se hace eso no hicimos nada. Hemos comenzado a trabajar también en el guión museográfico para la lectura de esos elementos”, abundó.
El futuro director de la Oficina del Conservador de la ciudad, Roberto Vitlloch, declaró que para la ejecución de todos estos empeños se precisa darle formalidad al Gabinete de Arqueología, pues “hay muchos factores interactuando y buscando soluciones, pero los esfuerzos están dispersos y de esa forma no todo sale con la calidad que requiere una obra de esta envergadura”. Afortunadamente—precisó— se ha accedido a información abundante sobre el patrimonio histórico local, como nunca antes se había tenido en Sancti Spíritus.
También aseguró estar consciente de que hay opiniones encontradas respecto a cómo debería quedar el lugar. “Estamos procurando balancear los intereses y hay que decir con toda honestidad que ni el Gobierno ni el Partido han interferido en las decisiones, si ha existido alguna contradicción ha sido entre nosotros mismos. Esperamos la visita de Eusebio Leal, tal vez entonces definamos algo más.
Admitió también que se han encontrado evidencias de manera coyuntural e inesperada, ante las cuales “tal vez no se adoptaron decisiones con la inmediatez necesaria, cuando no estaba presente el factor que debía asumir una determinación diferente a lo que ya se había pactado”.
Cuando acaba de comenzar la ejecución de un proyecto novedoso y funcional que le devolverá la vida al más céntrico de los emplazamientos de la ciudad del Yayabo, los habitantes de la villa que arribará a su aniversario 500 el próximo 4 de junio se persignan al pasar por el sitio y piensan: ¡Ojalá mañana no amanezcamos con otra noticia al respecto!
Solo espero que las palabras no queden en el aire y ojalá la visita de Leal sea para bien, como dice Vitlloch en una de sus entrevistas «es un momento crucial para tomar una decisión». (10 de marzo). Me convenciño mucho el comentario de Edelvy, como ven hay muchas personas muy preparadas al tanto de la historia del Convento y la Ermita, esa es la opinión del pueblo que no se ha tenido mucho en cuenta a mi parecer.
Con una cronología de hechos así, incluido la utilización de esta área como mercado, que origen verdadero tendrían los hallazgos
Cronología de hechos relacionados con el área del actual parque Serafín Sánchez
1690 – Es construida en el área noreste la ermita de la Veracruz.
1716 – Se funda y construye el convento de San Francisco, financiado por el presbítero Silvestre Alonso Muñoz, con capacidad para una comunidad de religiosos y para la instrucción de novicios.
1743 – Fallece el padre Silvestre Alonso Muñoz y es enterrado en la ermita de la Veracruz.
1751 – Se incorpora al convento la casa contigua del vecino Diego Navarro.
1755 – El obispo Pedro Agustín Morell de Santa Cruz escribe en su informe de visita pastoral que la ermita de la Veracruz cuenta con un solo cañón, 8 altares, coro alto y torre de madera con 3 campanas. El convento tiene 4 claustros, habitados por 8 religiosos, con cátedras de gramática, latín y moral.
1768 – En la ermita de la Veracruz se hace el revestimiento de oro del altar.
1774 – Se construye la segunda nave —de 13 varas de ancho— del convento.
1786 – Se dispone la Plaza de San Francisco para la venta de viandas y frutos.
1800 – El convento presenta un estado ruinoso. Se comunica al Cabildo que los techos necesitan reparación y se les pide a los deudores del convento que realicen los pagos.
1811 – Se repara el convento.
1812 – Gregorio Manade dispone en su testamento que 100 pesos fueran para el dorado del altar de San Salvador, en el convento.
1819 – El mercado aún sigue en la Plaza de San Francisco.
1825 – Se restituye a los franciscanos el convento y se repara.
1826 – Se establece un cuartel de infantería en la planta baja del convento.
1828 – Se permite la venta de carnes en la Plaza de San Francisco.
1831 – El Comandante de Armas facilita dos celdas del convento para escuelas: una primaria y otra de latinidad.
1834 – Plantean que el convento amenaza ruina y piden hacer una colecta para remozarlo.
1840 – El convento es declarado propiedad del estado y pasa a poder de la Real Hacienda.
1842 – El convento es convertido en cuartel de caballería y la ermita de la Veracruz permanece cerrada. El pueblo pide que esta sea abierta y que el cuartel sea trasladado para la Plaza de Jesús.
1843 – Se recaudan 3000 pesos para rescatar la ermita y se comienza a edificar el cuartel en la Plaza de Jesús.
1846 – Se convierte la Plaza del Convento en Plaza del Recreo (también llamada Plaza de Armas en algunos documentos).
1847 – En la Plaza del Recreo, las noches del 24 y 25 de julio, hay retreta doble a cargo de las orquestas de Cancio y de Gálvez. La Plaza estaba mejor iluminada porque habían colocado 6 nuevas farolas de gas.
1853 – Se edifica el frontis de la ermita, con el dinero ofrecido por el escribano José del Puerto.
1860 – La compañía de Jesús compra el convento de San Francisco y la ermita de la Veracruz.
1862 – Se repara el convento y se inaugura como el colegio jesuita Sagrado Corazón de María, que cuenta con 65 alumnos. Cuatro años después tenía 100 alumnos.
1877 – La ermita es reparada y abre sus puertas convertida en iglesia.
1888 – Es cerrado el colegio Sagrado Corazón de María.
1895 – La planta baja del convento es ocupada por el Casino Español y la iglesia es convertida en Hospital Militar y depósito de municiones. La Plaza del Recreo se muestra sucia, con los jardines abandonados y la fuente seca.
1897 – El Gobernador Militar de Sancti Spíritus destina el convento a guardar parque de artillería.
1899 – Comunican al alcalde sobre el mal estado de la iglesia: amenaza la seguridad pública y está infectada de fiebre amarilla. El 4 de abril, ordenan prenderle fuego para evitar daños a la salud. El 24 de abril es suspendida su demolición (que se reanuda meses después). El 30 de octubre la alcaldía acuerda sustituir el nombre de Plaza del Recreo por Plaza Serafín Sánchez.
1900 – El alcalde propone demoler el convento para agrandar el parque. Es demolida totalmente la iglesia.
1903 – Se funda la Iglesia Presbiteriana de Sancti Spíritus en el edificio del convento.
1904 – (10 de octubre) La banda de música municipal ofrece la primera retreta después del cese de la dominación española en la Plaza Serafín Sánchez.
1905 – Se instala en la planta alta del convento el colegio presbiteriano.
1911 – (julio) Se suspende el crédito para reparar el convento, porque será demolido para hacer el Parque Serafín Sánchez. Los concejales del municipio piden preservar la vieja edificación. La alcaldía arrienda el edificio del convento para situar el cinematógrafo Yayabo. Se presenta el proyecto del Parque Serafín Sánchez.
1914 – Se ofrecen premios, de hasta de 1000 pesos, a quienes ejecuten los mejores proyectos modernos en el entorno de la Plaza Serafín Sánchez. Es construido el Parque Serafín Sánchez y son pavimentadas las calles que lo circundan. Un acuerdo del Ayuntamiento establece vender terrenos a los dueños de los edificios de la calle San Pablo (hoy Antonio Guiteras) para que añadan portales de uso público, con el fin de contribuir al ornato del área urbana.
1925 – Se produce una gran manifestación en el parque con motivo del tratado que reconoce a Isla de Pinos como parte de Cuba.
1933 – Se pone un busto de Marcos García Castro en el lado norte del parque.
1953 – Es situado el busto de José Martí en el lado sur del parque.
1954 – Se le recortan 4 metros al parque y son retirados los balances de hierro. Se elimina el portal del Hotel Plaza y el jardín redondo situado frente al Hotel Perla.
1983 – Es reconstruida la glorieta (había sido eliminada en la década de 1970).
1984 – Se presenta en la Comisión Provincial de Monumentos, un proyecto para mejorar las áreas verdes, la iluminación y las sillas del Parque Serafín Sánchez.
1995 – El escultor Ernesto Arocha sitúa un nuevo busto de Serafín Sánchez en la mitad norte del Parque.
Muy bien por los que dieron la orden de continuar los trabajos en el parque,solo me preocupa la disminucion de los arboles, un parque sin ellos no tiene sentido,Ojala los traigan ya crecidos