Un momento profundamente emotivo de esta jornada lo constituyó el encuentro entre los Jefes de Estado y de Gobierno, jefes de delegaciones y personalidades que asistieron a la Cumbre Extraordinaria ALBA–TCP sobre el ébola, con los colaboradores cubanos de las brigadas médicas de Liberia y Guinea Conakry que partirán este martes hacia esas naciones golpeadas por la epidemia.
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En el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK), institución insigne del desarrollo científico cubano, el ministro de Salud Roberto Morales Ojeda, calificó como una oportunidad excepcional la posibilidad de realizar esta cita pocas horas antes de la partida de las brigadas.
Según dio a conocer, este nuevo grupo está compuesto por 91 colaboradores, 53 con destino a Liberia y 38 a Guinea Conakry. Cuentan con más de 15 años de experiencia profesional, de ellos 39 son médicos, 48 enfermeros, y el 67 % tiene menos de cincuenta años.
“Esa es la tropa nuestra que se va mañana”, dijo el General de Ejército a los participantes en la Cumbre, al tiempo que fue preguntando a los cooperantes la cantidad de misiones que habían cumplido. Para sorpresa de los visitantes, dos de los médicos que se alistan para salir este 21 de octubre hacia África Occidental cuentan con cinco misiones.
Luego, Jorge Pérez, director del IPK, reseñó la historia del prestigioso instituto, sus objetivos de trabajo, así como el papel que está desempeñando actualmente en el enfrentamiento al virus del Ébola.
Según explicó se habilitó allí una sala de vigilancia para los viajeros procedentes de las áreas de transmisión; se realizan los entrenamientos a las brigadas médicas que cumplirán misión en los países afectados, mediante un polígono de preparación para el tratamiento del Ébola. Igualmente, mostró imágenes del adiestramiento, la estricta vestimenta que deben usar los especialistas y algunas de las líneas del cuidado a seguir en la atención a los enfermos.
En el encuentro varios colaboradores compartieron sus conmovedoras experiencias. Leonardo Fernández, de 63 años, narró sobre sus misiones en Nicaragua, Pakistán, Timor Leste, Haití y Mozambique. “No somos locos” — dijo— “somos médicos convencidos, formados por la Revolución y estamos seguros de que vamos a regresar sanos”. También Ángel Mejías, con 24 años de experiencia laboral, habló sobre su trabajo en Venezuela, el amargo día en que supieron de la muerte de Chávez y el pueblo venezolano se lanzó a las calles. Ambos reconocieron de manera especial la preparación intensiva que durante estos últimos días han recibido en el IPK.
Luego, el presidente de Haití Michel Martelly aprovechó la ocasión para reconocer a los médicos cubanos que durante más de una década han ido a sanar a su pueblo. “Muchas veces agradecemos a los presidentes por sus gestos y casi nunca tenemos la oportunidad de hacerlo personalmente a quienes materializan esta ayuda”, expresó.
Al terminar esta actividad, los asistentes a la Cumbre se trasladaron hasta la Unidad Central de Cooperación Médica (UCCM), ubicada en el municipio de Boyeros, donde se prepara y atiende a todo el personal de salud que cumple misiones internacionalistas.
Allí recorrieron áreas del Museo de la Cooperación Médica Internacional, donde se exponen fotografías que recogen varios momentos de la solidaridad médica cubana en el mundo. Regla Angulo Pardo, directora de la UCCM, explicó varios de los programas en que los cooperantes de la Isla laboran, entre ellos el Contingente internacional de médicos especializados en el enfrentamiento a desastres y grandes epidemias, el Programa Integral de Salud de Venezuela y otro dedicado al estudio psicosocial y clínico genético en personas con discapacidad.
Raúl compartió valoraciones sobre la creación de la Escuela Latinoamericana de Medicina; el paso devastador de huracanes como el Mitch, George y Katrina y la respuesta inmediata de Cuba; así como la histórica misión en Pakistán luego del terremoto, entre otras. Estos heroicos momentos vividos por nuestros médicos en casi todo el mundo pudieron verse también en un documental de la periodista Gladys Rubio.
Finalmente, el Ministro de Salud cubano dijo que haber concluido la Cumbre precisamente en la Unidad Central de Cooperación Médica tiene un significado especial. Recordó que de allí han partido los más de 50 000 colaboradores que hoy sanan en 66 países. “La presencia de todos ustedes aquí, es un estímulo para continuar con el legado de Fidel y Raúl, para ratificar que lo que estamos haciendo es por la humanidad, por la posibilidad real de que un mundo mejor es posible”.
Luego, el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros despidió a cada uno de los participantes en la Cumbre Extraordinaria del ALBA-TCP. De nuevo el agradecimiento a Cuba, a nuestro Gobierno, a nuestro pueblo, por la entrega sin límites para el bien de los demás, por hacer realidad esta alianza por la vida.
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