El rey Felipe VI convocó este jueves a mirar hacia una España del siglo XXI, renovada y unida, con respeto de la pluralidad de sus pueblos y una monarquía íntegra y transparente.
En su primer discurso ante las Cortes Generales durante su proclamación, el monarca recalcó que su intención es velar por el prestigio de la institución y una conducta honesta.
Solo así la monarquía parlamentaria tendrá autoridad moral para el ejercicio de sus funciones, expresó Felipe VI en alusión, aunque sin nombrarlo, al deterioro de la Casa Real española, salpicada de escándalos y acusaciones de corrupción.
Una monarquía renovada para un tiempo nuevo, fue la idea que expresó dos veces el rey quien también llamó al respeto de las culturas autónomas y las lenguas en un discurso que concluyó con frases en euskera, catalán y gallego.
Al aludir a la crisis económica del país, afirmó que la batalla por el empleo, en particular entre los jóvenes, debe constituir la primera preocupación de los españoles, junto al respeto al medio ambiente y la eliminación de la discriminaciones.
En el contexto internacional, el rey resaltó el apego de España a la construcción de una Europa fuerte, unida y solidaria que consolide el liderazgo de los valores que defiende.
En segundo plano, mencionó los lazos históricos con América Latina, a los cuales, dijo, se unen intereses económicos creciente y visiones cada vez más cercanas en lo global, junto a una lengua y cultura compartidas.
El monarca español expresó asimismo la fidelidad a la Constitución, base -dijo- de la convivencia democrática y de los valores de libertad, responsabilidad y tolerancia.
La monarquía parlamentaria, apuntó en su discurso de 25 minutos, debe estar abierta y comprometida con la sociedad y ser fiel y leal intérprete de las aspiraciones y esperanzas de los ciudadanos.
La población, recordó, demanda que los principios morales y éticos inspiren y presidan la vida pública y el rey debe ser referente y servidor de esta justa exigencia.
En su criterio, el rigor de la crisis hirió la dignidad de las personas y constituye un deber moral del Estado revertir y proteger a las familias más vulnerable y enviar un mensaje de esperanza a los más jóvenes.
Felipe VI fue proclamado luego de un rápido proceso iniciado el 2 de junio con la abdicación de Juan Carlos I, que abrió también una polémica con una creciente demanda de varios sectores de realizar un referendo para escoger entre monarquía y republica.
Las autoridades de Madrid prohibieron la realización de varias manifestaciones convocadas hoy para demandar la consulta popular y anunciaron que no permitirían la exhibición de símbolos republicanos durante la ceremonia de proclamación.
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