Inspecciones al trabajo por cuenta propia en Sancti Spíritus corroboran fallas en la protección al consumidor.
Hace unas semanas Yamir, joven filólogo espirituano, quiso sorprender a su esposa Lizbeth. Algunos le habían hablado de la exquisitez de la «paladar» Las Delicias del Paseo. Ahorró, sin que ella lo supiera, para complacerla. Sabía de antemano que los precios del centro por cuenta propia, ubicado en el mismo corazón de la ciudad yayabera, iban a agujerear su bolsillo, pero el esfuerzo valía la pena en nombre del amor.
El desenlace de la historia, lamentablemente, no fue como en los habituales cuentos de hadas. La sorpresa se la llevaron los dos. Esa noche «probaron» algunos sinsabores que también tiene Las Delicias.
«Estoy cansado de visitar los centros de comercio y gastronomía del Estado y no encontrar un servicio con calidad, por lo que al escuchar opiniones favorables sobre las ofertas de esa paladar me embullé y fui. Para muchos, las propuestas de los particulares son superiores. Pero esa noche no tuve suerte. En Las Delicias había poca variedad. Los productos no se correspondían con sus precios, y cuando llegué a la casa me di cuenta de que me cobraron 11 pesos de más», comentó todavía anonadado el joven Yamir.
Aunque hechos así no son comunes cuando se ahonda en el acontecer del trabajo por cuenta propia en Sancti Spíritus, la atención a los consumidores también presenta fisuras en estas formas de gestión. Algunos son vicios heredados de los centros estatales, en donde apenas se cuestiona la calidad de sus servicios.
El país emprende nuevos caminos de flexibilización y apertura de los diferentes tipos de actividades para el cuentapropista. Busca, además, acertadas vías de control y seguimiento para contrarrestar ilegalidades y violaciones. Mas, aún queda, según entrevistas a expertos y un sondeo realizado por Juventud Rebelde a la población espirituana, una asignatura pendiente: ¿cómo proteger al consumidor en las formas de gestión no estatales?
Tras lo establecido
Al cierre del mes de enero de 2014, la provincia de Sancti Spíritus contaba con más de 19 000 trabajadores por cuenta propia. Las actividades de mayor presencia son las contempladas en las modalidades de venta de alimentos, las cuidadoras de niños, los mensajeros, transportistas, arrendadores de vivienda y los agentes de seguro.
Los supervisores de la Dirección Integral de Supervisión (DIS) en el territorio ponen en práctica su labor en aquellos espacios donde están presentes las nuevas formas de gestión, basados en el Decreto-Ley 227 (que también es aplicado en las del Estado) y el Decreto-Ley 315 (este último se puso en vigencia el pasado 15 de enero y derogó el 274).
La nueva legislación, solo aplicada al trabajo por cuenta propia, permite analizar diferentes tópicos que deben cumplir en las distintas modalidades como higiene, calidad del producto, cumplimiento de la actividad según el contrato e inscripción en el libro de la Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT). En consonancia con la nueva normativa, al concluir el mes de enero se habían aplicado 43 multas en el territorio.
Norma Martín Alonso, directora del DIS en esta provincia, expresó que se trabaja fundamentalmente en cuidar la higiene. «Se pide la licencia sanitaria actualizada, se analiza cómo están los medios, de dónde sacan la materia prima y la calidad que tiene el producto. Actuamos en el momento; si alguien hace una denuncia, solo podemos velar que cuando se cometa otra vez y, en el acto, aplicar la multa.
«El Decreto-Ley 315 —explicó— solo lo podemos poner en práctica nosotros y los compañeros de la Policía Nacional Revolucionaria. Afortunadamente, permite un mayor control sobre la actividad por cuenta propia y de esa forma se protege al consumidor. A diferencia del que existía antes, las multas se aplican según tres normas: muy grave, grave y menos grave, y responden a cuotas de pago específicas de 1 500, 700 y 200 pesos, respectivamente.
«Además, permite que si el dueño de la nueva forma de gestión reincide en cualesquiera de las violaciones establecidas o no paga una de las multas, podemos retirarle la patente», señaló Norma.
«Donde más desfavorecidos están los consumidores es en las actividades textiles, el calzado y los productos del agro. Muchas veces han llegado hasta aquí personas para denunciar que el zapato comprado en la “candonga” no les duró un mes y no podemos hacer nada. No existe una ley que regule la garantía de ese tipo de producto», afirmó la directiva.
Sancti Spíritus tiene en arriendo 53 unidades gastronómicas y 135 círculos sociales. Hacia estos centros enfocan también su mirada los inspectores de la Dirección Estatal de Comercio en el territorio.
«En esas instalaciones hacemos inspecciones con el mismo rigor que en las del Estado. Desde que pasaron a la nueva forma de gestión han mejorado con creces sus servicios. Pero falta muchísimo, sobre todo en el mejoramiento de su confort, la presencia de los trabajadores y en el gramaje de los alimentos», afirmó Ricardo García Hernández, máximo responsable de la delegación del Ministerio de Comercio Interior en Sancti Spíritus.
La Dirección Provincial de Trabajo, luego de inscribir a aquellos interesados en las diferentes actividades que hoy están legisladas, ofrece un servicio de capacitación.
«Visitamos a los trabajadores para orientarlos sobre cómo pueden laborar y hasta dónde está permitida su acción según las particularidades de su licencia», indicó Mayelín Hernández, especialista provincial que atiende el trabajo por cuenta propia.
Ofertantes y consumidores
No obstante las dificultades, tras otro sondeo realizado por JR en esta ciudad del centro del país a diferentes grupos etarios, todos calificaron de satisfactorio el servicio que aquí ofertan los trabajadores por cuenta propia. Y ante la interrogante de qué hacían si encontraban problemas, de forma general, aseguraron que transmitírselo al dueño, quien estará interesado en no perder la clientela.
Jorge Luis Ulloa, uno de los directivos del restaurante El 19, centro de gran demanda en la ciudad yayabera, comentó que siempre busca encontrar la raíz del mal servicio. «Si el plato pedido no les gusta, se lo cambiamos; también exijo que mis trabajadores sean graduados de escuelas especializadas, para evitar contratiempos. Desde que comenzamos, hemos logrado mantener clientes fijos. Nuestra máxima es que ellos siempre tienen la razón».
La presencia de altos precios, no contar con el mayor confort, ausencia de uniforme en los dependientes, la falta de garantía en productos textiles y de calzado, y la necesidad de adquirir conocimientos elementales para la prestación de servicios, laceran la calidad de la oferta de los particulares.
Benito Santisteban, representante del Salón Elegante, barbería ubicada frente al parque Serafín Sánchez, de la ciudad cabecera, expuso que hoy no cuentan con una tienda en CUP para obtener todos los insumos necesarios con vistas a desempeñar su trabajo con calidad. «Los obtenemos por nuestras vías. El día que no podamos adquirirlos, preferimos cerrar», sentenció.
El Estado debe asegurar la venta de materias primas y otros suministros —sobre todo a quienes desempeñan actividades que tienen mayor impacto en la actual oferta de bienes—, a través de las ventas minoristas en la red de establecimientos en ambas monedas, pues las condiciones de la economía cubana no permiten crear a corto plazo un mercado mayorista con precios diferenciados para los trabajadores de ese sector.
Mas, hoy en Sancti Spíritus existen otros problemas como la calidad de la sal y el azúcar que se venden en los llamados «mercaditos», atendidos por el sector de Comercio en la provincia, así como la no entrega de un vale que justifique la compra de los camarones en las pescaderías estatales, por ejemplo.
Por tener que acudir a las conocidas shoppings a fin de obtener insumos básicos para la actividad gastronómica, como el pan, la harina y el aceite, los propietarios se escudan en ello al imponer elevados importes a sus productos.
Visión futurista
Sin duda, Sancti Spíritus, como el resto de la Isla, debe seguir ganando cultura en la nueva forma de gestión del trabajo por cuenta propia. Es una tarea pendiente para todos.
Toca a los consumidores exigir mayor calidad en los productos; no aceptar los descuidos en la higiene, el confort y el buen trato, y buscar las mejores opciones de acuerdo con nuestros bolsillos.
El trabajador por cuenta propia debe aprender que la competencia es sinónimo de elevar el resultado de su trabajo y superarse de acuerdo con las particularidades de esa nueva forma de gestión, según lo establecido no solo a nivel nacional sino internacional, así como ganar en cultura tributaria.
El Estado precisa, entonces, realizar estudios en esa actividad para lograr un mayor control, sobre todo fuera de la acción gastronómica; agilizar los procesos de supervisión; elevar la calidad de los productos de las tiendas donde se vende la materia prima; evitar el paternalismo en las inspecciones y reforzar las visitas a los lugares, principalmente, para orientar cómo proceder.
La actividad por cuenta propia llegó para quedarse. Mas, su correcta puesta en práctica debe cumplirse sin violentar normas y sin desproteger al consumidor.
Mi experiencia no fue mala, todo lo contrario a lo que describe Yamir, los precios están «baratos» con respecto a cualquier lugar, lo que pasa es tal vez que los salarios son los bajos… compara las pizzas que venden en Las Delicias con las que venden en la piezzaría Siccilia al cruzar el paseo, creeém que vale pagar por comerte algo que valga la pena y ni hablar del trato que puedas tener en mecionado establecimiento estatal… si tal vez los cuentapropistas tuvieran acceso a productos a precio costo como los establecimientos estatales, los precios no serían tan altos y en cuanto a que cobraron 11 pesos demás, para la próxima que se fije en lo que dice la nota que para eso se la ponen en la mesa
Y quien proteje a los consumidores de las empresas estatales y sus monopolios???
aqui si no eres espavilado te roban se han puesto a pensar por que roban sencillamente porque no ganan lo suficiente para vivir el dia que se page bien como en otros paises no se robara