La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, afirmó este lunes que el país está listo para celebrar por todo lo alto la Copa Mundial de Fútbol, en un encuentro con la máxima autoridad de la FIFA, Joseph Blatter.
Todos los estadios están terminados, los aeropuertos fueron remodelados y están disponibles para recibir a los turistas, resaltó Rousseff en la ceremonia de recibimiento de Blatter, quien trajo consigo el trofeo del Mundial.
«La estructura de seguridad que organizamos va a garantizar a todos la tranquilidad necesaria para aprovechar estos juegos, las fiestas y paseos para conocer nuestras bellezas», subrayó.
Las próximas semanas serán de mucho trabajo y también de fiestas, pues deseamos que esta sea «la Copa de Copas», aseveró al señalar que la dedicación es tan grande como la de los seguidores de las selecciones.
La mandataria aprovechó la ocasión para incentivar a todos a transformar este torneo en un medio de combate al racismo y la discriminación y de promoción de la paz.
«Hacemos una Copa del Mundo en un momento histórico, a favor del respeto a la diversidad y contra la discriminación y el racismo. Brasil, donde todas las etnias y razas del mundo se concentran y viven fraternalmente, los invita a participar en esta tarea», enfatizó.
El presidente de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) ratificó por su parte el anhelo de que este sea el mejor Mundial de la historia y deseó de que en este periodo de competencia cesen los conflictos armados en el planeta y que el fútbol sea una forma de unir a las personas.
Vamos a hacer todo lo posible para que sea el mejor Mundial y estamos seguros de que este evento le dará a Brasil una oportunidad adicional para promocionarse en todo el planeta, agregó.
Tras agradecer a la jefa de Estado y demás autoridades brasileñas por el apoyo en la preparación de este torneo, Blatter entregó el trofeo del Mundial a Rousseff, quien lo alzó ayudado por Cafú, el capitán del equipo pentacampeón en 2002.
La Copa tendrá 64 partidos en 12 ciudades, la apertura será el 12 próximo en el estadio Arena Corinthians de Sao Paulo y la final está programada para el 13 de julio en el Maracaná, en Río de Janeiro.
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