A 55 años de su desaparición física, la figura del Comandante Camilo Cienfuegos sigue estrechamente vinculada al municipio espirituano de Yaguajay, donde se eternizó como Héroe.
De pie, de frente a la ciudad que liberó en diciembre de 1958, y con la cabeza ladeada como si continuara vigilando el otrora cuartel de la Guardia Rural, la efigie del Comandante Camilo Cienfuegos permanece en el área exterior del Museo Nacional que lleva su nombre.
Para esculpir la estatua en bronce de cinco metros de alto y 4,9 toneladas de peso, que se yergue en la Plaza de la Revolución de Yaguajay, la escultora Thelvia Marín se inspiró en la última foto tomada al legendario guerrillero antes de la rendición del Escuadrón 37 en esa localidad.
El 28 de octubre de 1989 el General de Ejército, Raúl Castro Ruz, entonces segundo secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, inauguró el museo que ha sido visitado por casi un millón de personas.
La institución se inició con apenas 35 exponentes y hoy cuenta con más de 500 que incluyen objetos personales, prendas de vestir, armas de fuego, una colección de fotos originales, documentos y un archivo fílmico, que muestran la corta pero fecunda vida del Señor de la Vanguardia como bautizaron a Camilo sus compañeros de lucha.
El fusilito usado por él en sus juegos infantiles, réplica del fusil Winchester, es el único juguete que pudo rescatarse de su niñez, el cual se encuentra en la exhibición, al igual que la ametralladora Thompson empleada en la batalla de Yaguajay, concluida el 31 de diciembre de 1958, después de 11 días de asedio al cuartel.
Aunque raído por el uso se conserva el traje de campaña con que realizó la invasión desde la Sierra Maestra, en el oriente cubano, hasta Las Villas, en la región central del país, al frente de la Columna dos Antonio Maceo.
Dos abrigos que utilizó en el invierno de finales de 1958 y principios de 1959 también se conservan en vitrinas concebidas para ello.
El licenciado Gerónimo Besanguiz Legarreta, director del museo, aseguró que uno de los exponentes que más llama la atención es el caballo blanco cenizo utilizado por Camilo desde Yaguajay hasta La Habana, en la caballería de campesinos que asistió al primer acto por el 26 de Julio después del triunfo de la Revolución.
También se destaca en el área exterior la réplica del Dragón I, artefacto blindado construido para atacar en horario nocturno al antiguo cuartel de la tiranía, actualmente Hospital Clínico Joaquín Paneca.
Justo cuando la instalación arribaba a los 20 años de creada vio la luz, aledaño a ella, el Mausoleo del Frente Norte de Las Villas; desde entonces este sitio que fue escenario de la heroica Batalla de Yaguajay se nombra Complejo Histórico Comandante Camilo Cienfuegos, expresó Besanguiz Legarreta.
En el monumento hay 78 nichos ocupados hasta hoy, en 66 de ellos descansan los restos de igual número de combatientes caídos durante la Guerra de Liberación o fallecidos después del triunfo de la Revolución, los demás aluden a desaparecidos cuyos restos no pudieron rescatarse por distintas razones.
Allí todo tiene un simbolismo, como las 24 palmas reales plantadas en dos flancos de la obra concebida por el arquitecto Pedro Pérez Agudín, que reflejan el día de diciembre de 1958 en que fue liberado el pueblo yaguajayense.
Otras tres palmas por detrás del muro central figuran la Columna dos Antonio Maceo y los destacamentos Marcelo Salado, del Movimiento 26 de Julio, y Máximo Gómez, del Partido Socialista Popular, integrantes todos del Frente Norte de Las Villas.
Esa sumatoria de auténticos árboles cubanos (27) significa la edad de Camilo cuando desapareció el 28 de octubre de 1959, día que está representado al haberse agregado la palma real número 28.
Los seis muros construidos en el sitial simbolizan la cantidad de provincias existente en el archipiélago en los días de la guerra, en la cual participaron cubanos de todo el país, mientras que las flores califa roja encarnan la sangre derramada en los enfrentamientos armados.
En el centro del Mausoleo está, de manera alegórica, el nicho de Camilo y sobre este (a tamaño natural), el sombrero alón que generalmente él usaba; igualmente hay una flor en bronce y el mar simulando una ola, lo que se interpreta como el homenaje que cada 28 de octubre rinde el pueblo al querido líder.
La Llama Eterna rinde tributo permanente a los caídos y los tres fusiles M-1, en bronce, de dos metros de altura que soportan el Escudo Nacional aluden, también, a las tres fuerzas revolucionarias que integraron el Frente Norte de Las Villas.
Sobre uno de los muros aparece la letra del Himno Invasor y sobre otro, una frase que destaca el internacionalismo del Jefe de la Columna Antonio Maceo cuando expresó: “Esos que luchan no importa donde, son nuestros hermanos”.
Este complejo perpetúa la lucha por la libertad de Cuba en la zona norte de Las Villas, y sobre todo una de las batallas más importantes de la ofensiva final del Ejército Rebelde, hecho que por su relevancia contribuyó a inmortalizar la figura de Camilo, a quien desde entonces el pueblo cubano lo identificó como El héroe de Yaguajay.
Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.