La base de camiones radicada en Jatibonico traslada el 90 por ciento de la caña que muele el central Uruguay en cada jornada
Sin un brazo no le puede faltar a la zafra del Uruguay es el dispositivo de la base de camiones de Jatibonico, porque sobre esos medios de transporte recae la encomienda de sacar de los campos alrededor del 90 por ciento de la caña que se corta diariamente y trasladarla hacia cuatro centros de recepción, incluido el basculador del ingenio.
Los 77 camiones de la entidad, pertenecientes a la Empresa de Transportación y Servicios a la Mecanización (Tranzmec), se convierten en cada contienda en el puente principal que enlaza al cañaveral con el central y esa tarea de recibir directamente la caña cortada por las combinadas alcanza tal magnitud en los predios del Uruguay que la base de camiones sobresale en el sector como la mayor del país en cuanto al volumen de materia prima que traslada.
No siempre fue así, en otros tiempos el balance de la campaña incluía para igual actividad un nivel de carretas y tractores, mas el deterioro de esos equipos obligó a incrementar la participación de los camiones en el tiro de la gramínea, al punto de que ese parque de carros y sus operarios tienen hoy un rol determinante en la molida del Uruguay.
SIN REPOSO
Reparar y alistar los camiones de cara a la arrancada de la contienda en la segunda quincena de diciembre puede parecer una obra de rutina para un colectivo con experiencia en tales funciones; sin embargo, la etapa preparatoria exige trabajo y dedicación a los choferes, mecánicos y demás personal del taller.
Alberto Pérez Piñero, director de la entidad, aclara que la mayor parte de las reparaciones las asume el colectivo en la propia base, solo las reconstrucciones de camiones y remolques recaen en otras dependencias del sector azucarero y, al cierre de noviembre, se reportaba listo el 70 por ciento del parque.
“En la anterior zafra logramos un 87 por ciento de coeficiente de disposición técnica y para esta planificamos mantener en el campo más del 85 por ciento de los medios. ¿Cómo se logra?, arrancando la zafra con todos los mantenimientos hechos, eso da cobertura para mucha carretera y cuando viene a tocar el otro mantenimiento, ya se está acabando la campaña”, detalla Alberto Pérez
Además de llevar dicha estrategia al pie de la letra, el directivo considera esenciales las inventivas en el taller para crear un fondo de piezas con destino a enfrentar las roturas diarias, lo que permita disminuir el tiempo de solución de la avería.
La modernización del parque constituye un puntal en la base y entre carros nuevos y remotorizados suman 16 vehículos, el 20 por ciento del total que interviene en la contienda. Pero los números no reflejan el alcance de esas inversiones; vale decir que con esa cantidad de medios se tira el 48 por ciento de la caña que se derriba por las máquinas en el día, dada la mayor capacidad de traslado y la aplicación del doble turno de trabajo.
SIN FRENO PARA TRABAJAR
Ricardo González Rodríguez lleva 30 años en la entidad y en los últimos 10 se ha declarado millonario en el tiro de la caña; primero fue mecánico y, desde hace dos décadas, chofer. Sobre él llueven los elogios y varios allí coinciden en una frase a la hora de medir su laboriosidad: no tiene freno para trabajar.
“Tirar caña en la zafra implica estar la mayor parte de la jornada en el camión, lleva consagración, cuidar el equipo, tener constancia, no perder un viaje. Ahora manejo un Kamaz nuevo y estoy vinculado con las combinadas Case —de alta productividad—, pero te soy sincero, prefiero la mecánica y, si me quieren ver contento, que me den un juego de llaves”, asegura Ricardo.
Roqui Nazco perdió hace rato el miedo a la grasa, no así a la picapica. “Veo el carro venir y casi sé la rotura que trae, ya son 16 años arreglando esa técnica. Mecánico de pieza nueva es cualquiera, lo difícil es tener que inventar sabiendo que están las combinadas esperando. Tampoco se crea que como estoy lejos del cañaveral no me coge la picapica, ¡oiga!, se pega a la grasa y llega hasta el taller”.
La calidad del personal es muy buena, sobresalen obreros como el mecánico Inti Paneca, el tornero Félix Muñoz (Papito), el joven Martín Leiva, expone el director y agrega que es un colectivo estable, que se enamora de la zafra, con una experiencia que ayuda al trabajo y para acuñar tal desempeño tiene un ejemplo:
“El año pasado se rompió en el Uruguay el receso de una década sin hacer zafra en diciembre; pensé que iba a ser un problema con la festividad de fin de año y, todo lo contrario, el 31 fue de las mejores noches de trabajo en toda la cosecha; los hombres son la clave, lo determinante”.
Al fin encuentro un articulo sobre los trabajadores de TRANZMEC y su papel en la zafra del Uruguay, es verdad todo lo que dice, pero les digo yo que estuve junto con todos ellos viviendo una zafra que las palabras no alcanzan para describir lo que se vive en esa base de camiones durante una zafra…. Saludos