La labor comunitaria en el Consejo Popular más joven de la provincia de Sancti Spíritus se empaña con los problemas de higiene ambiental en la zona del Camino de La Habana.
Desde la calle San José hasta finalizar el Paseo Norte, la línea del ferrocarril y Camino de La Habana por un extremo, y por el otro la zona de la Ranfla es tierra conocida para Eunice García Obregón, quien de la noche a la mañana dejó de ser la vicedirectora de Salud Ambiental en el municipio para convertirse en presidenta del Consejo Popular de Garaita, el más joven de la provincia.
Nacido al desmembrarse el Consejo Kilo-12, el reordenamiento dejó a la recién estrenada delegada al frente de 14 circunscripciones, que si bien cubren una gran zona urbana, abarca también parte de la periferia del Camino de La Habana colindante con la comunidad de Las Tosas, lo que dificulta una labor que demanda entrega y entendimiento con los electores.
“En los primeros tiempos tuve el apoyo de mucha gente, arranqué sin miedo y juntos hemos logrado cosas, aunque los problemas más gordos y las mayores insatisfacciones de los espirituanos de esta zona esperan por una respuesta”.
Claudio Rodríguez es un octogenario que vive tranquilamente. Desanda a veces la memoria de sus años juveniles cuando reinaba la desesperanza por aquellos lugares que, un poquito más allá del Paseo Norte, buscando la vía férrea, eran solo monte. Sin que nadie le pregunte, sentado a la sombra de un árbol del parque, asegura: “El 500 aniversario nos cayó del cielo y tenemos tremendo prado, pero no vayas al Camino de La Habana…”.
PLANTEAMIENTOS MÁS ALLÁ DE LA LÍNEA
Después de los primeros meses Eunice tuvo claro que ser delegado entraña un reto matizado con limitaciones, por ello su agenda carga dificultades visibles, y una estela de asuntos pendientes que esperan por recursos.
“Tenemos grandes problemas con los viales, entre ellos el mal estado de la calle Garaita, antes de llegar a la pecuaria Sancti Spíritus, y similar situación tiene la calle 21 del Camino de La Habana, donde las casas se inundan ante intensas lluvias porque es una zona que no tiene aceras ni alcantarillado”.
Junto al teléfono de Josefa Pérez, la presidenta de uno de los CDR de la Circunscripción 79, varios números engordan una lista que crece a medida que pasan los meses y los años; en igual proporción se intensifican las preocupaciones de esta espirituana que junto a decenas de vecinos convive con una zanja de agua albañal.
“Por aquí corría una zanjita, pero hicieron un desvío al pasar la línea, y desde entonces todas las aguas albañales de la zona pasan frente a los portales y ya es una cañada. Lo mismo sucede con los inmuebles que están en la parte trasera por donde vienen los residuales líquidos del Kilo-12, lo que unido a las indisciplinas sociales provocan las inundaciones desde que llueve 10 minutos”.
Por esos sitios ya no hay ese olor característico de la hierba fresca y recién cortada de cuando era tierra virgen, ni existen los árboles que protegían el lugar y, aunque tampoco es la gran sabana árida y triste, donde solo proliferaban guao, espino o cualquier tipo de maleza, el hedor a cloaca ha hecho perder el apetito a los residentes que todavía apuestan por una solución, sobre todo porque de ello depende la salud de las personas.
“Cuando llueve esto es un brazo de mar, pero de agua de fosa. Durante el último aguacero llamé al Gobierno y a los bomberos y nadie hizo caso. Estuvimos tres horas sacando agua sin ayuda, a riesgo hasta de enfermarnos. Así llevamos más de 30 años, aunque en 1986 dijeron que iban a entubar y hasta trajeron las conductoras, pero hasta ahí. Lo planteamos en todas las rendiciones de cuenta, pero no hemos tenido una respuesta concreta”, puntualiza Josefa, mientras observa preocupada un salidero en la conductora de agua potable que corre el riesgo de mezclarse con el sumidero albañal.
A tono con el crecimiento de la ciudad, el Camino de La Habana nació en la década de los 80, cuando muchos se embullaron a construir por esfuerzo propio con los consiguientes problemas de urbanización, algo que, al decir de la presidenta del Consejo Popular, se ha agudizado.
Sobran las décadas para explicaciones poco convincentes para los electores que se preguntan si un día se pudiera pasar una motoniveladora por los caminos de acceso a la calle Garaita o hacerla transitable con un poco de rocosillo. Entre los asuntos que inquietan a Eunice cobra fuerza la preocupación mayor, sobre todo por los cuadros epidemiológicos que en los últimos tiempos ha presentado la provincia.
La respuesta se va de toda lógica, si se tiene en cuenta que en materia de planteamientos, a partir de la estrategia que hoy se ha trazado el Gobierno en la provincia (en la cual están involucrados todos los organismos, incluidos Comunales y Acueducto, implicados en el asunto) existen prioridades, aun cuando requieran recursos, especialmente cuando se trata de los llamados “históricos”, no por la magnitud del problema, si no por la morosidad y aplazamientos al que han sido sometidos.
TRABAJO COMUNITARIO
“Los mayores problemas se encuentran en el Camino de La Habana, donde además de que las calles no están asfaltadas ni tienen alcantarillado, tampoco cuanta con una ruta de ómnibus; no obstante, aunque ha costado trabajo, hemos logrado cierto vínculo con los electores dentro del barrio. De esta forma pudimos incorporar a la gente al trabajo comunitario, pero esa participación tiene que ir a la par con la solución de sus problemas.
“En el reparto Román, por ejemplo, se han realizado diferentes acciones de conservación y chapea, pero la población no contribuye de igual manera; sin embargo, en la Circunscripción 140, donde el porcentaje de solución es muy bajo y depende de los programas inversionistas, está la mejor zona cederista, es la primera en pagar las finanzas y tiene donantes voluntarios de sangre”, acota.
Dificultades aparte, los últimos meses trajeron más glorias que penas a quienes viven en el Consejo Popular de Garaita; el prado que renació al norte de la villa espirituana todavía mantiene deslumbrados a quienes viven en esa parte de la ciudad y en ese mismo espacio, en una sólida y amplia construcción, se le dio nueva vida al Hogar de Ancianos Municipal.
La comunidad ya conoce a Eunice, la mujer capaz de arrastrar a muchos a integrarse al proyecto que auspicia la Universidad y los estudiantes de Cultura Física; a la delegada con iniciativas para buscar públicos que se interesen en charlas sobre el VIH o la situación epidemiológica del territorio, y a la mujer con voluntad para involucrar a los estudiantes del preuniversitario y secundarias cercanas en actividades culturales y deportivas.
Sin embargo, quizás desconozcan un poco a la presidenta del Consejo Popular insatisfecha porque es una labor que entraña un reto permeado por decenas de limitaciones e incomprensiones administrativas, y porque nada está bien si todavía le quedan problemas pendientes a largo plazo y a los electores “no se les puede dar la espalda aunque vengan situaciones difíciles”.
Le agradezco a la periodista que se haya ocupado de la zona donde naci,creci tuve novias esposas e hijos y para mi es lo que entiendo por patria.Le agradezco por no edulcorar la realidad,la que conozco perfectamente pues la visite solo hace unos dias.Apuntan mal sus quejas cuándo lo hace en dirección a los pobladores del área cuando debe ser dirigida hacia aquellos que ham olvidado su responsabilidad y con ello han puesto en peligro la salud de miles.Aquellos que reciben un salario,tienen carros con choferes y oficinas climatizadas,mientras Josefa debe vivir entre las heces y con una mentira de 28 años