El presidente de Ecuador, Rafael Correa, advirtió que nada ni nadie hará retroceder la Revolución Ciudadana, cuyo séptimo aniversario celebró este sábado con un multitudinario acto en un barrio popular de la ciudad portuaria de Guayaquil.
En su discurso ante decenas de miles de seguidores y su gabinete de gobierno en pleno, el mandatario destacó las transformaciones experimentadas por el país andino desde su llegada al poder en enero de 2007.
¡Cómo ha cambiado la patria en estos siete años!, aseguró Correa, al señalar que Ecuador es el país latinoamericano con mayores niveles de reducción de desigualdad social.
Alertó, sin embargo, que todavía queda mucho por hacer, y recalcó que el imperativo moral de la Revolución Ciudadana es vencer la pobreza.
De acuerdo con el mandatario, otros retos que tendrá por delante el proyecto social que busca construir el socialismo del siglo XXI son cambiar la matriz productiva, e impulsar el desarrollo del conocimiento.
La única economía que se basa en recursos ilimitados es la del conocimiento, y ahí esta el futuro del país, sentenció.
El jefe de Estado alertó a sus seguidores que para vencer esos desafíos deberán enfrentar las campañas de grupos locales y extranjeros negados a aceptar, dijo, el éxito de un proyecto político que ha desafiado el status quo.
Esta es la revolución de la alegría, dejémosle la amargura a los que saben que perdieron sus privilegios, a los que saben que Ecuador es una patria de todos, no de unos cuantos, expresó Correa.
Según cifras recientes divulgadas por el gobierno, un millón 137 mil personas dejaron de ser pobres en los siete años de Revolución Ciudadana, periodo durante el cual, la economía del país creció en 4,2 por ciento, muy por encima del promedio latinoamericano.
En términos de reducción del desempleo, Ecuador también se ha convertido en un referente para la región, pues exhibe la tasa más baja de América Latina, con 4,9 por ciento, comparado con el 6,3 del resto del área.
La educación, la que según Correa constituye el pilar fundamental del proceso en marcha, alcanza una cobertura del 96 por ciento en la tasa de matrícula en educación básica y de un 35 en la educación superior.
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