Los fraudes en la red eléctrica provocan la pérdida del 13 por ciento de la energía que se distribuye en Sancti Spíritus
Un total de 2 416 fraudes eléctricos fueron detectados hasta el cierre de octubre en Sancti Spíritus, cifra que, aunque resulta inferior a lo registrado en años anteriores, demuestra la gravedad de un fenómeno que cada año provoca pérdidas en combustible y que se deje de ingresar una buena cantidad de dinero a las arcas del Estado.
Acerca del tema Escambray dialoga con Darío Peña Cuenca, director comercial de la Empresa Eléctrica Provincial, quien asegura que la acción del cuerpo de inspectores ha sido un efectivo remedio para identificar a los responsables y frenar los robos de corriente.
“Desde hace unos años se emprendió un programa en aras de mejorar la medición del consumo eléctrico en los hogares espirituanos y al mismo tiempo dio inicio el cambio de metrocontadores obsoletos por otros de tecnología digital, de modo que disminuyera la posibilidad de error en la medición. Este año se han instalado 16 191 nuevos aparatos y en total se ha modernizado el 85,1 por ciento de los 174 048 clientes residenciales con que cuenta el territorio.
¿En qué medida se comportan las infracciones en relación con años anteriores?
Las pérdidas de la energía que se distribuye en Sancti Spíritus han disminuido hasta un 13 por ciento, cifra muy inferior a la de años anteriores, aunque se continúa trabajando en la detección de los fraudes con el objetivo de disminuir las pérdidas comerciales. Hoy la provincia cuenta con 47 inspectores residenciales, los cuales han identificado 724 infracciones y han aplicado 1 079 multas por fraude, con mayor incidencia en los municipios de Trinidad y Sancti Spíritus. Con la acción combinada de inspectores se logró recuperar el importe correspondiente a 1 191 megawatts/hora, el equivalente al consumo mensual de unas 6 200 viviendas, las que pudiera tener un municipio como La Sierpe.
Los robos de electricidad descubiertos son penalizados con multas de 500 pesos, además de la obligación del pago retroactivo de la corriente gastada que no se abonó, entre otras medidas que pueden llegar, incluso, a la actuación judicial. No obstante, estas penalizaciones no alteran a los timadores, para quienes resulta puro trámite comercializar la energía, robar corriente, descolgar metros, manipular la relojería, tomar la energía antes de que esta llegue al contador o puentear el equipo. Los municipios más afectados por esa indisciplina, son Trinidad, Sancti Spíritus, Cabaiguán y Yaguajay.
Ni siquiera las altas cuantías han logrado asustar a los infractores, ¿apelará la Empresa Eléctrica (EE) a medidas más represivas o a métodos más infalibles?
La EE tiene un tratamiento especial con los grandes consumidores de más de 300 kw y desde que estos empiezan a incrementar el gasto se les realiza un estudio por parte de los inspectores, quienes disponen de todas las herramientas necesarias para ello, incluidos equipos de medición especializados como el Circutor C-80.
Paralelamente a la labor de inspección se intenta disminuir las causas y condiciones que propician el fraude con un programa que comprende la continuidad en la conexión de metrocontadores digitales y la introducción de nuevos equipos con infrarrojos, específicamente en Trinidad, donde se prevé instalar este año alrededor de 5 000 y durante el 2015 sellar la zona del Centro Histórico. Este aparato permite la lectura de forma automática de los lectores-cobradores, elimina los problemas de lectura y determinada tipología de fraude.
Aun con esas medidas hay quienes reinciden; otras veces quien se equivoca es el cobrador, ¿tiene como estrategia la EE perfeccionar métodos antifraudes y errores de lectura?
La multa para los reincidentes asciende hasta 1 500 pesos y, por otra parte, cuando existen equivocaciones en la lectura, la EE posee los mecanismos necesarios para realizar devoluciones del efectivo o arreglar posibles errores. El cobrador también tiene la posibilidad de detectar un problema, ya sea de una cuantía muy elevada para una persona o una muy baja para un núcleo numeroso y gastador. Cuando eso ocurre es porque el trabajador nuestro no informó el problema detectado.
Sin embargo, no es lo general, para la cantidad de clientes que tienen los lectores, son ínfimos los problemas, de ahí el descenso del nivel de pérdidas que exhibe la provincia. Tanto ellos como los inspectores tienen suficiente capacidad para trabajar bien y no equivocarse.
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