La amistad de Mandela con Fidel, su firmaza a la hora de defender la Revolución cubana y su compromiso con la paz, fueron recordado en el homenaje.
Diplomáticos cubanos y sudafricanos acreditados ante Naciones Unidas y neoyorquinos de organizaciones sociales rindieron tributo al fallecido ícono mundial de la lucha antirracista Nelson Mandela, en la histórica Iglesia Riverside, de Manhattan.
El homenaje organizado por agrupaciones defensoras de la paz, la justicia y los derechos civiles, también estuvo dedicado a reconocer la solidaridad de la Revolución Cubana con la liberación de África y su papel en la derrota del apartheid.
Bajo la convocatoria ¡Mandela Presente!, más de 250 personas colmaron una de las salas de la monumental instalación de arquitectura neogótica, desafiando las bajas temperaturas que por estos días azotan la Gran Manzana, sede de los cuarteles generales de la ONU.
«Su espíritu está aquí, acompañándonos en el viaje eterno de la lucha por la libertad y la justicia», afirmó el reverendo James Forbes en la inauguración del encuentro, que concluyó entrada la noche de este sábado.
La amistad de Madiba, como le llaman cariñosamente los sudafricanos, con el líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro; su firmeza a la hora de defender ante provocaciones sus lazos con la isla; la humildad y la sonrisa que lo inmortalizaron; y su compromiso con la paz y la tolerancia, fueron recordados en el evento.
Uno de los anfitriones de la velada, el activista Ike Nahem, llamó a mantener en la memoria al primer presidente negro y electo democráticamente de Sudáfrica (1994-1999) «más allá de las superficialidades de la gran prensa y de algunos políticos a la hora de citarlo».
Nahem destacó los vínculos del luchador antirracista fallecido el pasado 5 de diciembre con Cuba, y el aporte de la nación caribeña a la derrota del apartheid.
Por su parte, el representante permanente de Sudáfrica ante Naciones Unidas, Jeremiah Nyamane Mamabolo, agradeció el tributo al ícono antirracista, de quien resaltó su legado para las generaciones presentes y futuras de seres humanos que aspiren a un mundo de justicia y libertad.
El diplomático rememoró el reconocimiento de Mandela a la Revolución Cubana por su apoyo desinteresado.
«Mandela siempre dejó claro que Cuba estuvo allí cuando hizo falta», sentenció.
Al intervenir en la velada, el representante permanente cubano ante la ONU, Rodolfo Reyes, aseguró que «debemos estar orgullosos de Mandela, porque defendió los intereses de su pueblo y las causas justas en el mundo». Para la diputada cubana Mariela Castro, no pueden olvidarse el deber y la responsabilidad de contar a las nuevas generaciones sobre la figura de Madiba.
La también directora del Centro Nacional de Educación Sexual de la isla calificó de un privilegio compartir con luchadores sociales neoyorquinos, y hacerlo en un lugar como la Iglesia Riverside.
«Estar aquí, en esta Iglesia, donde Fidel y Mandela fueron recibidos con amor y solidaridad», dijo la parlamentaria, quien participó durante toda la semana en un foro de Naciones Unidas sobre la preparación de un marco de desarrollo sostenible para después de 2015.
Como parte de la actividad, se transmitió el discurso pronunciado por Mandela en la ciudad cubana de Matanzas, el 26 de julio de 1991, cuando recibió la Orden José Martí de manos de Fidel Castro.
Además, se dio a conocer el mensaje enviado al evento neoyorquino por Kenia Serrano, presidenta del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos.
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