Los espirituanos Luis Alberto Valdivia y Luis Ernesto Valdivia, padre e hijo procuran salvar con su sangre la vida de personas.
“Ámese al hombre entusiasta y desinteresado”, expresó nuestro Héroe Nacional José Martí en la edición 143 del Periódico Patria, el 2 de enero de 1895 en Nueva York, poco antes de partir hacia Cuba, a luchar por su libertad.
Fruto de esas ideas, que también hizo suyas y las inculcó en el pueblo cubano el líder Fidel Castro Ruz, es la creación por el Comandante en Jefe de los Comités de defensa de la Revolución, la mayor organización de masas del país que, entre otras obras de infinito amor, organizó el Movimiento Nacional del Donante de Sangre Voluntario, inspirado en el lema: Ayuda a salvar una vida.
“Yo hice mi primera donación en el año 1985, a raíz de un desastre ocurrido en la hermana república de México. Mi sangre la enviaron para allá, así es que por las calles de esa nación debe andar caminando un hombre o una mujer con mi sangre. Esa expresión de solidaridad humana me caló tan hondo que desde entonces sólo he dejado de donarla por espacio de un año y medio, por una hepatitis que contraje en una movilización militar en el año 2004”.
Quien así se expresa es Luis Alberto Valdivia Díaz, un hombre de 48 años de edad, nacido con la Revolución, quien se siente satisfecho por las más de 80 veces que ha donado sangre para ayudar a salvar muchas vidas, como él mismo dice; un hombre que ha inculcado sus valores de altruismo y bondad en el seno de su familia, compuesta por dos hijos varones y su esposa Conchita, como la conocen en la barriada de Colón de Sancti Spíritus, donde residen, próximos a la industria pesquera.
“La última vez que acudí al Banco de Sangre Provincial, fue próximo al día 4 de junio, me acompañaba mi hijo mayor Luis Ernesto Valdivia Valdivia, joven donante voluntario destacado en el CDR 7 de la Zona 184 de Sancti Spíritus. Esta donación la hicimos en saludo a los 500 años de la fundación de nuestra ciudad. Para el 28 de septiembre, aniversario de los CDR, se va a estrenar como donante mi hijo más pequeño. Todos somos trabajadores bancarios, al igual que mi esposa, una familia humilde, pero muy revolucionaria”, precisa.
“Cada tarea de la Revolución para nosotros es sagrada. Mis hijos cumplieron el Servicio Militar General y son reservistas de las tropas regulares de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, como yo que me desempeño como jefe de una compañía de zapadores. Aunque para mí, donar sangre es la expresión más grande de solidaridad humana, porque sabes que haz contribuido a salvar muchas vidas y eso te hace mejor como persona”, apunta Luis Alberto.
Ahora es Luis Ernesto, su hijo mayor, quien responde la misma interrogante: “Donar sangre es una de las cosas más lindas que puede hacer una persona. Es un gesto muy humano. Por eso cuando los CDR fueron a la Industria Militar de las FAR, en el año 2008, donde yo laboraba como trabajador civil, por primera vez participé en aquella donación colectiva, luego lo hice en tres oportunidades más, y continuaré con ese gesto de humanismo toda mi vida”.
Más de 7 000 donaciones de sangre acumulan los CDR hasta el término del mes de mayo en la provincia de Sancti Spíritus. Una cifra similar de gestos altruistas de los cederistas reafirman la valía del pensamiento martiano: “Lo que puede el corazón solo lo sabe quien lo pone a la obra”.
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