Estados Unidos, con su política injerencista, busca derrocar el proceso revolucionario y genuinamente democrático venezolano y el ejemplo que para la región latinoamericana representa.
El imperialismo norteamericano pretende barrer con lo que para ellos es el mal ejemplo de Venezuela, como han pretendido hacerlo durante más de 50 años contra Cuba, como lo hicieron con Chile en la década del 70, en Nicaragua en los años 80 y otros muchos casos contra quienes han actuado con su política hegemónica, declaró a Prensa Latina Carlos Aquino, miembro del Buró Político del Partido Comunista de Venezuela.
Además, es indudable que Washington tiene intereses geoeconómicos, por ser Venezuela el país de mayores reservas probadas de petróleo y otros recursos naturales, que comparte de manera justa con países de la región.
A pesar de los intentos reiterados de Estados Unidos por afectar a Venezuela con sus constantes sanciones políticas y económicas, el pueblo y el gobierno se mantienen unidos y son cada vez más los venezolanos que rechazan y repudian las acciones violentas de la oposición con fines desestabilizadores, señaló Aquino.
Recordó que recién se cumplen 200 años de la Doctrina Monroe y el papel ejercido por el imperio en América Latina y el Caribe, la cual siempre ha considerado su patio trasero y actúa por supuesto contra toda nación o gobierno que se oponga a esa política.
«Estados Unidos actúa de muchas maneras contra los pueblos que deciden avanzar en sus procesos de liberación como es el caso de Venezuela con su revolución bolivariana, y ello no solo lo hace a través del departamento de Estado y del Congreso, sino ha ejercido su influencia en organizaciones multilaterales a nivel internacional», afirmó.
Señaló al respecto la importancia de mantener los niveles de unidad nacional que han caracterizado la revolución venezolana en los 15 años de existencia; más la necesaria solidaridad que recibe el pueblo en defensa de su soberanía e independencia.
Aquino apuntó la existencia de un aumento de los niveles de influencia y acción del imperialismo norteamericano, incluso subordinando muchas veces a otros polos de poder como la Unión Europea.
Pero, dijo, ese avance internacional está en contraposición con los niveles de debilidad y retroceso que ha tenido en América Latina y el Caribe, donde ya no mandan y están obligados a cambiar su política.
Precisamente, sostuvo, el entorno es más peligroso, pues en tales circunstancias hará todo lo posible para que fracasen los procesos democráticos, soberanos e independientes que se están produciendo en América Latina.
El problema no solo es con Venezuela, también con Ecuador, Nicaragua, Bolivia y con otras naciones en diferentes grados, donde avanza un proceso de unidad y acción latinoamericanista como principal bandera que se viene levantando, frente al panamericanismo preconizado por la Doctrina Monroe, apuntó.
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