El ejército ucraniano reanudó este miércoles la lluvia de artillería pesada sobre el centro de la ciudad de Slavyansk, región de Donetsk, en la fase de bombardeos masivos indiscriminados, con saldo de víctimas entre la población civil y destrozos materiales.
Informativos de última hora confirmaron que las fuerzas regulares instalaron esta noche el armamento pesado en las lomas de Karachun, desde donde lanzan obuses y granadas hacia las zonas residenciales del centro urbano.
El jefe de las milicias populares en Slavyansk, Igor Strelkov, declaró a la agencia Ria Novosti que es inminente un cañoneo masivo contra el corazón de la ciudad, controlada por las fuerzas de autodefensas.
La urbe sufre un cerco desde mediados de abril, cuando el gobierno lanzó la operación militar-policial a gran escala contra las regiones rebeldes del sureste ucraniano y se ha convertido en símbolo de la resistencia.
Según Strelkov, tras la incursión del martes, tres obuses impactaron en el territorio donde se ubica la sede de la administración local, y uno de los proyectiles de grueso calibre cayó en un balcón de una vivienda. Numerosas edificaciones sufrieron daños por los bombardeos nocturnos.
Las milicias informaron que hay víctimas entre la población civil y en las filas de las autodefensas, sin especificar cifras.
Un reportaje del Primer canal de la televisión rusa mostró imágenes de varios pobladores hospitalizados con heridas de bala y de esquirlas por las explosiones.
En Krasni Liman y Kramatorsk continúan también los enfrentamientos entre las fuerzas regulares y las milicias del Donbass.
Las autoridades de la recién proclamada República Popular de Lugansk anunciaron este miércoles la disposición a negociar con Kiev si cesa inmediatamente la operación de castigo contra las regiones.
El gobernador popular Valeri Bolotov -herido en un fallido atentado- comunicó durante una rueda de prensa que el Gobierno está listo para sentarse en la mesa de negociaciones pero Kiev deberá retirar de inmediato todas las unidades armadas del territorio de Lugansk.
Nosotros estamos listos para negociar, pero solo después del cese de la agresión de Ucrania en relación con nuestro estado, enfatizó Bolotov.
Dijo el dirigente que la operación de fuerza controlada por Kiev significa una ocupación y el terror contra la población de las regiones.
Representantes de la República Popular de Donetsk advirtieron, por su parte, que solo negociarán con la junta el intercambio de prisioneros. Ambas regiones declararon la independencia y la soberanía estatal tras ganar por mayoría en el referendo la alternativa de autodeterminación.
En Kiev, el autodesignado presidente interino Alexander Turchinov anunció que las unidades regulares se preparan para la fase final de la operación militar, a fin de garantizar un clima de tranquilidad con la proximidad de las elecciones, indicó.
Aseguró Turchinov que en las próximas horas las tropas están listas para «limpiar de terroristas las regiones de Donetsk y Lugansk y garantizar la celebración de los comicios».
En Moscú, el vicecanciller ruso Grigori Karasin advirtió que debe exigírsele a Kiev una explicación de sus planes para una real distensión del conflicto, cuando continúa en marcha la operación militar en el sureste del país.
Subrayó el diplomático a la agencia Ria Novosti que además deben desarmarse todas las agrupaciones ilegales como Sector Derecho, las paramilitares tipo Dnepr y la Guardia Nacional.
Es precisamente lo que espera toda Ucrania y la comunidad internacional, puntualizó Karasin al analizar la situación de cara a las elecciones presidenciales del domingo venidero, cuya legitimidad no reconoce Rusia y la mayoría de la población ucraniana de las regiones que considera a las justas un intento de legitimar a los golpistas.
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