Concluida la etapa estructural de la inversión, valorada en unos 13 millones de pesos, el futuro hotel será el primero de su tipo en Cuba.
Cuando se sube la calle Desengaño, bien arriba, hasta acabarse la ciudad y percibir el olor a monte, se tropieza con una pendiente repleta de rocoso, tierra por doquier, casas que son parte del entorno. En la loma de la Vigía, donde acaba el barrio, la Ermita Nuestra Señora de la Candelaria de La Popa, el templo más antiguo de la Santísima Trinidad, renace desde un olvido que la dejó destruida y varada en el tiempo; justo a su lado se alza ya la señorial estructura de lo que será el hotel Pansea en la sureña villa.
Todo parece indicar que quedará atrás una historia de más de tres años, matizada por paradas que, según los entendidos, tuvo el mayor culpable en una máquina zanjadora para trabajos de excavaciones, y también tropiezos en la documentación técnica, en proyectos y en falta de fuerza especializada que pusieron a prueba la competencia de inversionistas y ejecutores.
EDIFICIOS BAJO PIEDRAS
Cuando pasen los años y el ingeniero Michel Hernández, especialista residente de la inversión, cuente que una zanjadora estuvo meses yendo y viniendo mientras abría el paso entre enormes peñascos para comenzar a construir el hotel Pansea, tal vez alguien piense que esté exagerando un poco. Hoy, al cabo de casi tres años, todavía desde el patio exterior, la máquina maniobrada por tres operarios de la Ecoing-25 de Villa Clara trata de abrirse camino sobre la roca virgen y estremece los cimientos de la estructura compuesta por cuatro grandes bloques.
Aunque en fase de terminación y con su estructura levantada por completo, muchos coinciden en que, como tantas obras, transitó en los inicios por el mal paso de no seguir lo estipulado en la Resolución No. 91 del Ministerio de Economía y Planificación puesta en vigor hace unos años, que dispone no iniciar inversiones sin proyecto, financiamiento y constructor contratado y fuerza necesaria, a fin de garantizar terminaciones en los plazos dispuestos y, sobre todo, con la calidad requerida.
“Comenzamos ya con la obra aprobada y con un financiamiento diferenciado, después se hicieron modificaciones del proyecto, aquello se resolvió, pero la construcción se dilató en un principio. La zanjadora dio guerra y, además de las modificaciones de proyecto, fue una de las causas de las paradas que tuvimos.
Por ejemplo, en la cimentación del edificio sur lo que había era roca pura y sin el equipo no se podía arrancar porque no era recomendable usar explosivos en esa zona habitada. Las acciones de movimiento de tierra se tornaron difíciles dadas las pendientes del terreno en esa zona, y el hecho de trabajar sobre suelo rocoso, obligó a buscar esta alternativa para llevar los niveles de las terrazas a las exigencias del proyecto, por eso hacía falta la zanjadora. Primero, la máquina tuvo roturas, después hubo que devolverla para otras obras y actualmente la usamos para poder instalar las redes pluviales”, explica Alberto Cabreales, jefe de la Unidad Inversionista del hotel Pansea, quien extrema las medidas de protección detrás de los espejuelos oscuros para protegerse del intenso polvo que levanta el mencionado equipo.
Según Jorge Valdés González, al frente de la cuadrilla de albañiles, carpinteros, electricistas, técnicos y operarios, si bien los tropiezos de los trabajos en los cimientos hicieron mella en la secuencia constructiva, también la falta de implementos provocó pausas forzosas en el ritmo de ejecución.
“En los primeros tiempos nos faltó el prefabricado, pero después se estabilizó y es de una excelente calidad. Lo que sí afectó fue la utilización de una minimecanización deteriorada y atrasada; hablamos de concreteras, volquetas, multipropósito y otros componentes, por lo que el equipamiento no ha estado a la altura de una obra de este tipo. Algunos problemas se han resuelto, otros se quedaron en aquella etapa de ejecución.
“Además de todo eso, la fuerza no está altamente calificada y se pueden contar quienes tienen las condiciones requeridas para las características de un hotel de lujo, no obstante a que hemos impartido curso a los jóvenes que conforman las brigadas”, aclaró Valdés.
VISTA PANORÁMICA A LA CIUDAD MUSEO
Fuerzas de la Empresa Constructora de Construcción y Montaje de Sancti Spíritus le dan el empujón final a una inversión valorada en el rango de los 13 millones de pesos, costo que puede incrementarse por el valor de los suministros y la demora en su ejecución.
Trabajos de carpintería, masillería, impermeable, enchapes y colocación de falsos techos mueven el edificio en lo alto de la loma, donde, desde el fondo de la habitación prototipo, el jefe de la unidad inversionista asegura que existen los suministros suficientes para seguir la secuencia de la obra y entregar el hotel en el mes de septiembre.
“Actualmente se completaron los trabajos estructurales y se coloca, a dos aguas, una cubierta de madera importada en los edificios norte, sur y centro, mientras que el inmueble principal, una construcción del antiguo Hospital Militar, mantendrá el techo plano como el original, todo respetando los códigos arquitectónicos de la ciudad.
Un modernísimo diseño en forma de herradura, patios interiores y una amplia gama de servicios distinguirán al Pansea, compuesto por 52 habitaciones de diversos tipos, con piscina y un patio interior en el centro, características que le concederán atractivos para insertarse en la comercialización turística, a escasa distancia del Centro Histórico de Trinidad, Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Lo que en septiembre será un hotel Cinco Estrellas conservará como valor agregado vestigios y paredes de macadán del recinto religioso que en tiempos no muy lejanos congregó a muchos trinitarios. Desde lo alto, el barrio la Popa tendrá un mirador exclusivo, una vista panorámica y única de la ciudad capaz de revelar, también, que desde la terraza quedan detalles por armonizar en relación con el entorno de lo que otrora fuera un lugar agreste, el mismo que en tiempos de la colonia el célebre Alejandro de Humboldt definió como “sitio célebre de romería”.
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