Cartero desde hace casi tres décadas, Alejandro Díaz no le ha perdido el gusto al oficio.
La sonrisa es cómplice en su rostro. La bicicleta y él se volvieron inseparables aquel 4 de abril de 1986, cuando por primera vez una alforja llena de sobres con cartas de diversa índole le mostró la alegría de mediar en la comunicación ajena.
Alejandro Díaz, cuyo nombre propio ha sido suplantado por el apelativo de Jimagua, que le endilgaron coterráneos y familiares, asombra por ciertas peculiaridades. En su recorrido sobre dos ruedas por las calles de la ciudad del Yayabo cumple, además de las propias de su oficio, otras funciones en nada emparentadas con el mismo: pronostica si habrá lluvias o no, y cuando se equivoca aclara que se trata de un imprevisto, porque él se las da de meteorólogo, pero no es mago, según alega riendo.
Cumple al pie de la letra sus funciones, lo cual no significa andar serio ni dejar de bromear: “Trato de que ningún usuario tenga una queja, eso de dejar prensa de hoy para mañana no me gusta”.
Los días se vuelven agitados, en especial los lunes, viernes y sábados, cuando aumenta el volumen de entrega de periódicos. La pausa para esta entrevista es corta.
¿Qué prefiere hacer en su tiempo libre?
“Leer, siempre y cuando el trabajo lo permita. A veces la gente me dice que soy un niño, porque me gustan revistas para otras edades, como Zunzún y Somos jóvenes.
“Aunque el domingo es el día de descanso, ya tengo la costumbre de levantarme temprano. Pongo la radio en casa y me mantengo al tanto de las noticias; escucho música, ya sea del ayer o de la más actual”.
¿Cómo definiría en su personalidad?
“Soy muy jaranero. Hay que desconectar a veces de la rutina. Por eso leo también la revista Palante, me encantan los chistes. Tengo buenos amigos, sobre todo porque me gusta aconsejar a los demás y oír lo que los otros quieran decirme”.
En sus travesías con periódicos, avisos de giros o bultos postales y talones de cobro de electricidad y teléfono, Alejandro mantiene el buen carácter a pesar de los inconvenientes de la vida. “Ah, eso sí, yo estoy todo el tiempo en la calle con gorra y camisa, a veces la gente no me reconoce”. Alude a su tendencia a andar con mangas largas en el verano, cuando también suele calarse un sombrero.
No tiene pena de decir su edad, y a los 52 años declara que seguirá en sus funciones mientras la salud se lo permita. “Cuando estoy enfermo y no voy a la oficina de Correos los vecinos preguntan por mí. El trabajo no mata. Aquí se paga por resultados, somos carteros integrales: lo mismo se entrega una carta que un telegrama certificado o un giro, aunque existen servicios a domicilio a solicitud de las personas”, detalla a la reportera.
¿Alguna anécdota significativa?
“Cuando voy por la calle siempre digo, para que me escuchen: ¡La prensa, la prensa! En una ocasión un anciano que es suscriptor no escuchó y cuando tiré el periódico este cayó detrás de unos sacos en el portal de la casa. Al otro día me dijo que no se lo había llevado. Desde ese momento espero a que él salga a buscarlo para irme”, ilustra.
Sostiene que los años no pasan por gusto y que la experiencia llega después de unas cuantas canas. “Cumplo con mi trabajo sin apuros para salir rápido, aunque intento hacer las entregas del servicio antes del mediodía. Siempre hay algo que hacer”.
La autora es estudiante de Periodismo en la Universidad Central de Las Villas
AGRADECER AL JIMAGUA POR TODA SU LAVOR Y DECIR QUE SIGA ASI PARA QUE SIGA LLEVANDO EL PERIODICO A MI CASA EN CUBA LE ESCRIBE UNA COLABORADORA DE LA MISION MEDICA CUBANA ACA EN VENEZUELA QUE REVISO EL PERIODICO DE MI PROVINCIA CADA VEZ QUE ESTOY DE GUARDIA UN SALUDO GRANDE PARA TODA LA GENTE DE MI PATRIA Y EN ESPECIAL PARA MI FAMILIA EN CUBA YELENA LIC EN LAB CLINICO ESTADO DE SUCRE VENEZUELA
Conozco a Jimagua desde antes de ser cartero y es cierto su etica de trabajo.Articulos como este son los que hacen un periodico ameno y reflejo de su entorno.Aplaudo a Lauris María Henríquez.A mi jucio esto es mas interesante que los teques politicos,el triunfalismo y los globos empresariales..que se repita Luaris alli afuera hay miles de espirituanos con vidas y trabajos interesantisimos