Enseñanza a domicilio

Clases a cuesta, una fomentense toca la puerta hogareña y la del corazón de su alumna.   El pijama de yeso, bajo la batica que estrenaba su llegada al mundo, la acompañó durante tres vueltas de la Tierra al Sol. Hombres de blanco, nasobucos verdes, pasadores de metal, camillas, radiografías,

“Quiero que sea siempre mi maestra”, dice Fabiana. Clases a cuesta, una fomentense toca la puerta hogareña y la del corazón de su alumna.

 

El pijama de yeso, bajo la batica que estrenaba su llegada al mundo, la acompañó durante tres vueltas de la Tierra al Sol. Hombres de blanco, nasobucos verdes, pasadores de metal, camillas, radiografías, bisturís…Buches desabridos, pestañas húmedas, tristezas secas, sonrisas francas, celosos cuidados y afectos: el hábitat de Fabiana Amador Vera.

La artogriposis múltiple congénita limita el desarrollo físico motor de quien conoce el tufo hospitalario del Frank País en la capital igual que el olor de la sazón materna. Con los párpados agachados puede recitar el rostro del doctor como el de papá, abuela o el de esa maestra con quien comparte ADN espiritual: Nancy Morejón Rojas.

El ABC primigenio le llegó de una tiza inexperta en la enseñanza peregrina, aunque con 12 años en la Educación Especial. Los últimos dedos del cuerpo, también medios propios para el juego, tomaron la escritura inaugural de la pequeña fomentense.

“Fue difícil, era una experiencia nueva, no sabía si me iba a aceptar, cómo acercarme, de qué modo enseñarla. Empecé el trabajo con crayola y la niña hacía sus rayoncitos. Luego se me ocurrió el plumón, al ser más grueso facilita su manejo, hasta que cogió el lápiz con las manos, una de las mayores alegrías de mi vida”, narra la garganta casi apagada por la emoción pedagógica.

Un agradecimiento ante la muñeca recién obsequiada encarnó el estreno manual: “¡Qué alegría aquel día! Yo pensaba que era imposible, recuerdo mi desespero: Ay, Nancy, no va a poder, ¿de qué forma?, no tiene elasticidad en los deditos. La niña lo hacía todo con los pies, pero creyó en Fabiana. ‘Ten paciencia mamá, ella sí puede’, me decía”, narra Donaisy Vera con el lagrimal contenido.

La voz maternal hilvana cotidianidades: “Dibuja bello y tiene mejores rasgos que su hermano en la Secundaria, es lo único que hace manualmente gracias a esa maestra que es ya como familia. Con una cuchara en la boquita me ayuda a escoger arroz, frijoles…”.

“Y chícharos”, salta quien husmea pláticas adultas y saberes académicos. La rigidez articular no coarta el olfato curioso del octavo año de vida, tampoco las ganas de convertirse bailarina o instructora de arte cuando sea tan grande como las montañas de sus dibujos.

— ¿Por qué te gustan las lomas?quiere saber la reportera.

— Son verdes, altas y a veces con flores. Dibujo el cielo, las palmas.

— ¿Qué más has aprendido con la maestra?

—De plantas y animales en El mundo en que vivimos, saco cuentas en Matemática. Me ha enseñado mucho. Por eso la quiero tanto”.

— ¿En qué jornada estamos? —pregunta la educadora ambulatoria.

— En la jornada martiana.

— ¿Qué día nació Martí?

— El 28 de enero de 1853.

— Haz dos oraciones sobre el Héroe Nacional. ¿Cómo inician?

—  Con mayúscula.

“Es inteligente, tiene un intelecto normal, por eso recibe clases todos los días. Además, vienen la bibliotecaria, el fisioterapeuta y los instructores de arte. A veces quiere ir a la escuela”, confiesa Nancy.

Tras aterrizar la silla de ruedas, desde la segunda planta, sobre el asfalto nombrado Máximo Gómez en Fomento, acude a actividades de la escuela especial José Antonio Echeverría. Allí recibió la pañoleta azul y exhibió su pamela de Pilar en el desfile martiano.

Ni rastro de las fobias comunicativas o sociales, menos del temor al cine o a la iglesia, confundidos con el hospital. La caricia premia el insomnio docente. De vez en vez asoma celo ingenuo, al conjugar horas con otra pequeña limitada clínica e intelectualmente.

Una cirugía a los 10 años de edad, células madres, también un milagro, esperanzan los pasos de Fabiana. Mas, en tanto la Tierra girante distrae al Sol, pizarra, murales y busto martiano visten su hogar de escuela.

Tamara Rendón Portelles

Texto de Tamara Rendón Portelles

6 comentarios

  1. Muchas gracias a la maestra de fabiana por su trabajo y dedicación con la niña con su apollo hoy fabi escribe con sus manitas.a fabiana le deceo lo mejor del mundo y que siga desarrollando sus habilidades y que dios la bendiga siempre.

  2. Nery Garcia Cruz

    Brillante trabajo de la periodista. Felicitaciones a la maestra por la labor tan grandiosa que hace con Fabiana le deseo que logre nuevas metas en el aprendizaje de la niña. A Fabiana que siga estudiando mucho.

  3. Clara Hurtado Beovides

    Es una crónica muy especial con un gran talento, felicitaciones para Tamara Rendón Portelles por su magnífico trabajo ,Felicitaciones a la maestra Nancy Morejón por la labor tan dedicada y hermosa que hace con la niña . Para Fabiana le deseo muchos éxitos en sus estudios y en la vida.

  4. María Teresa Travieso

    Excelente trabajo periodistico , felicidades a la hermosa labor que desarrolla la maestra y para la niña le deseo que continúe con énfasis en sus estudios , felicidades a todos lo que de una forma u otra han hecho posible este hermosa labor.

  5. Muchisimas gracias a la periodista por tan hermoso trabajo donde se resalta una vez mas el trabajo de los maestros cubanos y especificamente los fomentenses. Felicidades a nancy la maestra, a la mamá y por supuesto a la hermosa niña que recibe todos los privilegios de nuestra educacion cubana.

  6. Nancy:La felicito,su trabajo es hermoso y dedicado

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