Sancti Spíritus fue sede del XVI Coloquio Voces de la República, auspiciado por la delegación provincial de la Sociedad Cultural José Martí. El Doctor en Ciencias Luis Toledo Sande ofrece sus consideraciones.
¿Qué importancia le confiere a este evento?
Al proclamarse Voces de la República asumió una nominación que es deslindante y engañosa porque se centraba en la etapa republicana de 1902 a 1958, período complicado y convulso en la historia de Cuba, que estuvo marcado por la presencia estadounidense, la factoría, la Neocolonia, pero también por los grandes esfuerzos de los cubanos para sacudirse esa realidad y transformarla en una mejor.
Este espacio es válido para continuar recordando las calamidades de aquella época de manera que nos prepare para enfrentar ciertas tendencias que aparecen ahora a idealizar ese período frente a los errores, faltas o imposibilidades que hemos tenido a veces para llevar al máximo desarrollo los ímpetus y las transformaciones que comenzaron en 1959.
La tendencia a idealizar la República Neocolonial como si fuera el momento más esplendoroso de Cuba, cuando fue justamente la cantidad de crímenes y miseria que existían en aquella realidad lo que hizo necesaria una revolución.
Las enseñanzas de esa etapa vistas en el Coloquio sirven para nutrir el pensamiento en los caminos de las transformaciones cubanas.
¿Cómo valora la inserción de los jóvenes en el Coloquio?
La presencia de los jóvenes aquí es importante. En Martí, del concepto de juventud lo más trascendente no tiene que ver con lo cronológico o le etario, sino con el proyecto que se abrace, por eso es engañosa la interpretación de reducir Los Pinos Nuevos de su discurso de 1891 en una etapa de edad.
Con esa perspectiva desde luego es significativa la presencia de la juventud en el espacio, porque son los jóvenes la continuidad natural de cualquier país y esa continuidad es más eficiente cuando más clara y efectiva es la interpretación que se haga de la realidad.
No debemos asociar derrotas o fracasos con lo inservible, es preferible estar entre los vencidos y no entre los vendidos, esa es una clave ética en la que un encuentro como el Coloquio Voces de la República puede servirnos de gran utilidad.
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