Dos retratos fechados en 1913 y recién descubiertos por una familia espirituana fueron sometidos al análisis de los expertos.
Aparecen presuntos cuadros de Fernández Morera (+fotos)
“No cabe la menor duda: los dibujos son de Fernández Morera”, aseguró rotundamente Paula Betancourt León, especialista vinculada durante décadas a las artes plásticas y, particularmente, a la obra del afamado pintor espirituano, luego de analizar las cartulinas descubiertas por Carlos Alberto Puga detrás de dos paisajes ordinarios que colgaban en la sala de su casa.
Los retratos de un hombre maduro y una mujer de cerca de 40 años fueron hallados de manera casual, mientras la familia realizaba labores de remodelación en la vivienda; sin embargo, la inscripción en la parte inferior izquierda de los dibujos detuvo las reformas domésticas y disparó las especulaciones: “Creyón legítimo por O. Fernández 1913”.
“Hay grandes posibilidades de que el autor en verdad haya sido Oscar Fernández Morera, no solo porque la fecha de los cuadros coincide con la etapa creativa del pintor, sino también porque mi familia tenía otros originales suyos que en ocasiones prestaba a la propia galería de arte”, había declarado Puga López a Escambray antes de enrolarse en un minucioso proceso de legitimación que concluyó esta semana con la consulta a la reconocida experta.
El peculiar estilo de firma, uno de los tantos que identificó al artista durante su vida; el empleo de la técnica de creyón sobre cartulina, que cultivó junto al óleo sobre lienzo, y el hecho de que no existan referencias a otro creador con semejante virtuosismo en Sancti Spíritus en aquella época fueron elementos tenidos en cuenta por Betancourt León, egresada de la primera graduación de la Escuela Nacional de Arte, para acreditar la autenticidad de dos obras que, por demás, cuentan con el aval de haber sobrevivido un siglo.
Para explicarse por qué dos rostros de 1913 permanecieron ocultos durante décadas, Carlos Alberto Puga y Niura Pérez, su esposa, han desempolvado varias ramas del árbol genealógico hasta llegar a Ana Merino Cancio, una española acaudalada que arribó a la isla a principios del siglo XX y legó a sucesivas generaciones de sobrinos la casa que mandó a construir en la actual Avenida de los Mártires esquina a Adolfo del Castillo, donde vivió hasta su muerte.
Presume Puga López que las cartulinas firmadas por O. Fernández ya estaban escondidas cuando sus abuelos vinieron a convivir con Ana Merino después del triunfo de la Revolución, porque “ellos nunca mencionaron nada al respecto ni parecían conocer lo que había detrás de los paisajes”, asegura.
Pese a que se mantienen en excelente estado de conservación, Betancourt León sugirió a los propietarios someter las obras a un proceso de restauración que reduzca los niveles de acidez y oxidación detectados en la cartulina y advirtió sobre la necesidad de mantener ambas piezas a salvo del asoleamiento, fuentes de calor intenso o cambios bruscos de temperatura; recomendaciones que Carlos Alberto Puga y su familia piensan seguir al pie de la letra, deslumbrados como se confiesan con un hallazgo como este, de singular valía para el patrimonio espirituano.
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Obra en mi poder un dibujo a lápiz, de éste pintor, firmado y presentado en un cuaderno de autógrafos de mi madre ,Olvido Alvarez.
Si están interesados en el mismo, puedo ponerlo a su disposición.
Atte.