Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) negaron que el proceso de paz que desarrollan con el gobierno de su país se encuentre a punto de concluir, cuando quedan asuntos trascendentales por consensuar.
Pareciera que la estrategia (gubernamental) es hacer creer que el diálogo ha entrado en la recta final, en el mismo viejo esquema, carente de imaginación, de entender la paz como entrega de las armas, afirmó Iván Márquez, jefe del equipo de paz insurgente, al retomar esas pláticas.
En tal sentido, pidió de manera pública una reunión de emergencia «que permita repasar y esclarecer el sentido de lo pactado y retomar la bilateralidad que debe primar en la marcha de las decisiones que tengan que ver con el proceso».
Invitó, asimismo, al Ministro de Gobierno, Juan Fernando Cristo, a hacer presencia en La Habana para sostener un intercambio, porque «el proceso de paz no puede seguir andando por el riel de la agenda mediática y de las interpretaciones amañadas».
En un comunicado de esa organización insurgente, leído por Márquez, se precisa que la decisión gubernamental de crear un Comando de Transición es rechazada por las FARC-EP, pues no aceptan que una jerarquía militar resuelva asuntos que son de carácter político.
No deja de causar molestia que el gobierno siga actuando como si los puntos de vista de la contraparte en la mesa no tuvieran valor ni consecuencias, señala el documento.
Se pronuncia igualmente contra iniciativas legislativas impulsadas unilateralmente por su contraparte, como la anunciada aprobación por el Congreso de la Ley Estatutaria que, a juicio de las FARC-EP, deberán ser arrancadas más adelante si se quiere llegar a un Acuerdo Final.
El único marco jurídico que admitimos es el acuerdo general de La Habana en el que Estado e insurgencia son partes iguales, apunta el texto.
Afirma, asimismo, que ninguno de estos asuntos ha sido tema de debate en las conversaciones, y conceptos como «transición», «desmovilización» y «entrega de armas», no existen ni en la gramática del acuerdo de La Habana, ni en el lenguaje de la guerrilla».
Los diálogos de paz, iniciados en noviembre de 2012, centran actualmente sus debates en el tema de las víctimas del conflicto armado en Colombia, después de lograr consensos en los puntos de reforma rural, participación política de las FARC-EP, y drogas ilícitas.
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